Poseer el coche de una estrella de Hollywood no es algo que suceda todos los días. Hablamos de Paul Newman y su Volvo 740, que lo compró nuevo en 1988, según Bring A Trailer, la web de subastas online donde actualmente está a la venta. 

Como bien sabrás, Newman también era piloto y un gran aficionado al automovilismo. Gracias a ese pasatiempo, tenemos uno de los 'station wagon' clásicos más chulos que hemos visto en mucho tiempo, ya que lo preparó para que tuviera un extra de picante.

Por fuera, parece (más o menos) un Volvo 740 de 1988 bien cuidado, aunque con la carrocería ligeramente rebajada. Hay múltiples razones para ello, empezando por un conjunto de muelles específicos que forman parte de los cambios en la suspensión. También hay amortiguadores Bilstein, junto con nuevas barras estabilizadoras.

Galería: Volvo 740 wagon 1988 de Paul Newman

Cambio de motor y transmisión

Asimismo, las llantas de aleación de cinco radios y 16 pulgadas están calzadas con neumáticos BFGoodrich g-Force. Un ligero kit de carrocería incluye faldones por todo el perímetro inferior de la carrocería. 

Pero el principal cambio en este Volvo 740 reside en un motor 3.8 V6 turbo, procedente de un Buick Grand National, vinculado a una caja manual de cinco velocidades extraída de un Pontiac Firebird. La potencia se envía a las ruedas traseras. 

Para que esta dupla funcionase a la perfección se integraron otras mejoras, como un gran radiador para mejorar la refrigeración y un ventilador eléctrico. Bring A Trailer no menciona la potencia del vehículo, pero sí se indica que el motor está potenciado. En los años 80, el Grand National tenía 245 CV de serie, así que la cifra será algo superior.

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La subasta indica cierto desgaste tanto en el interior como en el exterior, pero, en general, el vehículo no tiene mal aspecto para sumar 35 años. Más aún teniendo en cuenta que fue el vehículo de uso diario de Newman durante al menos un tiempo.

El cuentakilómetros marca 76.000 millas (122.310 km) y en la documentación aparece demostrado que el actor lo poseyó. Newman falleció en 2008, así que, además de tener un coche muy chulo y divertido de conducir, el nuevo propietario de este Volvo se llevará un pedazo de la historia del cine.