Cuando te pones a analizar las ventas de coches en nuestro país, suele surgir alguna que otra sorpresa. Por ejemplo, ¿por qué no aparece el Nissan Qashqai dentro del top20 en el intervalo enero-noviembre de 2022? La tercera generación del SUV compacto es mejor que nunca, así que cuesta entender esta situación.
No obstante, todo tiene su explicación y, de hecho, puede haber varias en este 'misterio'. La primera y principal es que el coche es más exclusivo que antes, lo que conlleva un precio bastante más elevado que en las dos anteriores generaciones.
En concreto, las tarifas arrancan en los 30.449 euros (financiando la compra, ojo), mientras que su antecesor podía adquirirse por alrededor de 20.000 euros. Eso sí, ahora el motor de acceso es mucho mejor (el bloque de gasolina 1.3 DIG-T de 140 CV) y el vehículo viene mucho más equipado de fábrica.
Galería: Prueba Nissan Qashqai DIG-T 158 CV Xtronic Tekna+
Rivales con diseños rompedores
El problema es que hay rivales directos, como el Hyundai Tucson o el Kia Sportage, que pueden adquirirse en el entorno de los 27.000 euros, así que ahí el Qashqai tiene las de perder, como se está demostrando.
En este sentido, un segundo motivo de la bajada de ventas del SUV japonés vendría dado por los diseños rompedores de sus contrincantes coreanos, que han calado a las mil maravillas entre los clientes españoles.
De hecho, el Tucson va a acabar como líder de ventas de 2022 en nuestro mercado, mientras que el Sportage, recientemente elegido Coche del Año en España 2023, ahora mismo se encuentra en octava posición. Sin duda, el cambio de tendencia en el apartado estético es evidente.
¿Bajarán los precios en 2023?
Por supuesto, la gran cantidad de rivales en el mercado también ha hecho mella en el Qashqai. Por ejemplo, el CUPRA Formentor o el restyling del Peugeot 3008 también han generado buenas cifras comerciales para ambas marcas.
Ahora hay que ver si Nissan decide bajar algo los precios de su modelo estrella para 2023 o, si por el contrario, prefiere mantener elevado el estatus del vehículo. La clave es conseguir un equilibrio entre ventas y rentabilidad.