Comprar un coche nuevo se está volviendo más complicado que nunca. Además de los problemas de disponibilidad generados por las dificultades en la cadena de suministro y por la escasez de semiconductores, las personas en busca de un coche nuevo están sufriendo un considerable aumento de precio en ellos. No se trata solo de qué coche y cuánto tendrás que esperar por él; también pagas más dinero por el mismo automóvil que podías permitirte unos años atrás.

La situación es bastante compleja, especialmente en Europa y Estados Unidos. Un estudio llevado a cabo por JATO Dynamics indica que el precio medio de venta (excluyendo cualquier tipo de descuento, promoción o incentivo público) para los turismos de gasolina disponibles en Estados Unidos ha subido un 14% entre 2015 y 2022. Según la consultora, el precio saltó de 39.143 euros en 2015 a 44.641 euros este año. Eso es más de 5.000 euros en solo 7 años.

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En Europa* el incremento ha sido aún más significativo. Comprar un coche nuevo de gasolina costaba, de media, 35.500 euros en 2015. Hasta junio de este año, el precio medio de venta ascendió a 44.101 euros. Un enorme aumento que refleja el hecho de que los fabricantes de coches se han centrado en los segmentos superiores.

En países como Noruega, por ejemplo, la variación fue enorme, con precios disparándose de 42.199 a 68.677 euros. La normativa, que pretende claramente eliminar las ventas de coches de combustión, explica este incremento del 63%. En otros mercados como Reino Unido, la devaluación de la libra esterlina aceleró la subida de precios, pasando de 32.247 euros en 2015 a 46.230 a finales de junio de 2022.

Por el contrario, el mercado de China ha visto un pequeño aumento del 5% durante estos años, puesto que la oferta se ha expandido hacia abajo en cuanto a segmentos. Los microcoches y los SUV pequeños contribuyeron al contenido aumento del precio medio entre 2015 y 2022.

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Los coches eléctricos no son una alternativa todavía

Si los coches de gasolina son ahora menos asequibles para gran parte de la población, sus equivalentes eléctricos tampoco están en una mejor posición. Excepto por Noruega y, en algunos casos, China, el resto del mundo no puede permitirse la mayoría de modelos eléctricos que hay hoy disponibles. Si no fuera por las ayudas e incentivos de algunos gobiernos, la situación de creciente demanda de estos coches sería muy diferente.

En general, un consumidor necesita pagar hasta 55.821 euros para conseguir un coche eléctrico nuevo en Europa, 63.864 euros en USA y 31.829 euros en China. Sin tener en cuenta la gran brecha existente en precio entre Occidente y China, la realidad para los consumidores es que los coches eléctricos no son todavía una alternativa real y asequible a la subida de precios de los coches de gasolina.

Precios de coches gasolina y eléctricos

Las marcas que venden coches en Europa y Estados Unidos han posicionado los eléctricos como coches premium, centrándose en los segmentos superiores. La mayoría de oferta que encuentras en estos mercados está compuesta por berlinas de lujo y SUV, aunque esto ha empezado a cambiar con el lanzamiento de más vehículos de menor precio, como SUV pequeños, coches urbanos y utilitarios.

Consecuentemente, la industria y sus consumidores se enfrentan al gran desafío de prohibir los coches contaminantes y promover los limpios, y al mismo tiempo ofrecer una solución real y asequible para las masas. Y eso es justamente lo que está haciendo China, así que en Occidente debemos prestar atención.

*Alemania, Italia, Francia, Reino Unido, España, Países Bajos y Noruega.