Hace ya seis años, en 2016, la compañía británica Young Driver Motor Cars lanzó al mercado un coche eléctrico en miniatura para los más pequeños de la casa, el llamado Firefly, y ahora la misma firma lanza una evolución del modelo, el Firefly Sport.

En esencia, se mantiene el mismo concepto, el de un pequeño eléctrico para niños, en este caso de entre 4 y 10 años de edad, pensado para la diversión de los pequeños y para "generarles interés por los coches y por la conducción desde una temprana edad".

Galería: Firefly Sport

Este Firefly Sport es el primer vehículo eléctrico 100% británico, ya que para su construcción utilizará únicamente componentes fabricados en Reino Unido, incluidos los motores eléctricos y las baterías, entre otros elementos.

Incluso el equipo de personas que hay detrás del coche son británicos, entre los que se incluyen Steve Rawson, antiguo empleado de Aston Martin y responsable de la ingeniería del Firefly Sport, o Ian Pogson, ex ingeniero de Jaguar Land Rover y MG, responsable del desarrollo del sistema de propulsión eléctrico.

Firefly Sport

Este pequeño roadster, que ofrece un techo opcional para poder ser usado en todo tipo de climas, está basado en un chasis de aluminio y goza de suspensión independiente en ambos ejes o de una dirección de cremallera, por aquello de lograr un tacto lo más fiel posible al de un coche de calle.

En el habitáculo encontramos un cuadro de instrumentos digital configurable que muestra información relevante como el velocímetro, un reloj o un indicador de autonomía, por ejemplo.

Firefly Sport
Firefly Sport
Firefly Sport

El sistema de propulsión del Firefly Sport está formado por dos motores eléctricos de 24 voltios y por una batería reciclable de 12 voltios. En función de la transmisión elegida, el pequeño eléctrico puede alcanzar velocidades de hasta 40 km/h, si bien para los usuarios más jóvenes puede estar limitado a un máximo de 11 km/h.

Por motivos de seguridad, el modelo equipa una función de apagado remoto con un alcance de unos 200 metros, así como un sistema que apaga automáticamente el propulsor cuando detecta un obstáculo en el camino. El modelo ya está disponible para pruebas (20 libras por 15 minutos de testdrive) y se podrá adquirir muy pronto, aunque no hay precio todavía.