En la década de los 80, Fiat fue el pionero de los coches eléctricos en serie con el lanzamiento del Panda Elettra. Sin embargo, la década siguiente tuvo como protagonista a Citroën, que lanzó dos modelos de cero emisiones derivados de coches ya existentes.

El primero, basado en el Citroën AX y considerado casi un proyecto experimental, solo sumó 374 unidades vendidas entre 1993 y 1996. Después, en 1997, llegó el Citroën Saxo eléctrico, que a diferencia de su predecesor, vendió más de 5.500 unidades hasta 2002. Un año después, abandonó el mercado por su escaso margen de beneficio. Veamos la historia de este coche.

Marcha atrás con botón

Fabricado por Heuliez por encargo de Peugeot-Citroën, el Saxo eléctrico mantuvo el diseño de las versiones con motor tradicional, salvo el logotipo y la presencia del puerto de carga en el lateral derecho, al lado del paso de rueda delantero.

Lanzado en versiones comerciales y también de tres y cinco puertas, medía 3,72 metros de largo, 1,60 metros de ancho y 1,39 metros de alto, y pesaba 1.095 kilos con la batería y 840 sin ella.

 Citroën Saxo Électrique

El habitáculo también se mantuvo muy similar a las versiones tradicionales, aunque trajo consigo un equipamiento exclusivo, como un botón para seleccionar la marcha atrás y un indicador circular en la instrumentación que mostraba el estado de carga de la batería.

Cuando la aguja entraba en la parte naranja del marcador era aconsejable recargar la batería, mientras que en la zona roja solo quedaban unos minutos antes de que el coche se parase.

Hasta 27 CV

Si el diseño era casi igual al del Saxo convencional, la cadena cinemática resultaba completamente diferente. De hecho, bajo el capó, se montaron transversalmente un motor eléctrico de corriente continua, producido por Leroy-Somer, y una transmisión específica.

 Citroën Saxo Électrique

La unidad eléctrica tenía una potencia nominal de 11 kW (15 CV) y una cifra máxima de 20 kW (27 CV). El par de 127 Nm entre 0 y 6.500 rpm permitía al Saxo rendir muy bien desde parado y alcanzar una velocidad máxima de 91 km/h.

75 km de autonomía

La batería, refrigerada por líquido y producida por Saft, constaba de 20 módulos con tecnología de níquel-cadmio, divididos en tres compartimentos: dos bajo el capó con tres y seis módulos, respectivamente, y uno bajo el piso trasero con 11 módulos. Conectados en serie, dichos módulos pesaban 255 kilos, proporcionaban una tensión de 120 V y garantizaban una autonomía total de 75 kilómetros.

Citroën Saxo eléctrico 1997
Esquema de propulsión del Citroen Saxo eléctrico

La carga podía completarse en ocho horas utilizando un enchufe doméstico normal y en 32 minutos empleando un terminal especial. Como curiosidad, una de las características más interesantes del Saxo eléctrico era la presencia de un depósito de gasolina de 12 litros que alimentaba un sistema de calefacción para el habitáculo.

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