Ahora que los coches eléctricos están cada vez más presentes en el mundo del automóvil, vamos a recordar el primero que se fabricó en serie, el Fiat Panda Elettra, que data de 1990, hace 32 años nada menos.
Tras el éxito del Panda convencional, lanzado en 1980, la empresa turinesa decidió estrenar en el mercado una versión totalmente eléctrica de su coche pequeño, después de una década de investigación y desarrollo a través de varios prototipos.
Carga en ocho horas
Para el Elettra, Fiat aprovechó la colaboración con la empresa austriaca Steyr-Puch, eligiendo el Panda CL como base. Bajo el capó, en lugar del motor de gasolina, se instaló un propulsor eléctrico de corriente continua con 9,2 kW (12,24 CV) de potencia.
Esta mecánica estaba alimentada por 12 baterías de plomo de 6V cada una, colocadas entre la parte delantera y la trasera para asegurar una buena distribución del peso. Dos de las baterías se instalaron directamente en el compartimento del motor, mientras que las otras diez se colocaron en un hueco de acero preparado en el maletero.
En cuanto a la recarga, el coche disponía de un cargador automático que, conectado a una toma de corriente doméstica común, permitía tener listas las baterías en unas ocho horas.
100 kilómetros de autonomía
En comparación con la versión CL, el Fiat Panda Elettra presentaba un sistema de recuperación de la energía en los tramos de bajada, así como diferentes configuraciones de suspensión y neumáticos más grandes.
Embrague y transmisión
El depósito de gasolina permaneció en su lugar y alimentó un pequeño calentador capaz de proporcionar calor al sistema de calefacción, mientras que la transmisión era la misma utilizada en la versión tradicional: una caja de cambios de cuatro velocidades con embrague.
Curiosamente, gracias al elevado par motor disponible de manera instantánea, en una carretera llana, el Panda Elettra podría arrancar fácilmente con la tercera marcha engranada.
En cuanto a las prestaciones, la versión de cero emisiones del pequeño coche era capaz de alcanzar los 70 km/h y aceleraba de 0 a 40 km/h en 10,0 segundos. Además, afrontaba pendientes de hasta el 25%. La autonomía total llegaba a los 100 kilómetros a una velocidad de crucero de 50 km/h.
Interior revisado
Si en el exterior la principal diferencia con respecto a la versión tradicional era la eliminación de la parrilla, sustituida por un panel del color de la carrocería, el habitáculo presentaba una gran novedad: el Fiat Panda Elettra solo tenía dos asientos, para hacer espacio a las baterías.
Tras unos años de desarrollo, en 1992 la empresa turinesa presentó la evolución del coche, denominada Panda Elettra 2, que además de actualizarse estéticamente, estaba equipada con un motor eléctrico más potente de 17,7 kW (24 CV) y ofrecía una nueva batería opcional de níquel-cadmio que aumentaba la autonomía en aproximadamente un 50%.
El Elettra 2 también mejoró el sistema de recuperación de energía y el cargador, que pasó a ser más compacto y menos voluminoso para poder introducirlo también en el capó, en lugar de la rueda de repuesto. Además, se incluyeron neumáticos de baja fricción y un ordenador de a bordo. El Panda Elettra se mantuvo en producción hasta 1998, cuando fue sustituido por el Seicento Elettra.