El mundo de los coches clásicos da para muchas historias. Algunos modelos perduran en la memoria, a pesar del paso de los años. Otros, por desgracia, cayeron el olvido de los aficionados hace mucho tiempo. Algo así le sucedió al Peugeot 104, un utilitario de reducidas dimensiones, nacido para moverse por las ciudades como pez en el agua.
El motivo de querer recordarlo es porque ahora se cumple el 50 aniversario desde su estreno comercial. Una fecha redonda, que nos sirve para repasar su historia, darla a conocer a aquellos conductores más jóvenes y refrescar la memoria de los más veteranos.
Galería: Peugeot 104 (1972-1988)
Lo que hoy conocemos como utilitario se manifestó como tendencia alrededor de 1970. Ciertamente, antes existían coches pequeños con tracción delantera. Basta con pensar en el Mini, el Renault 4 o el Peugeot 204. Pero en el umbral de los años 70, se añadió otro ingrediente decisivo: el diseño de la zaga con un gran portón.
En 1972, hace 50 años, debutaron dos coches pequeños que no podían ser más diferentes. Por un lado, el redondeado Renault 5, con un diseño que ha sido retomado décadas después en la piel de un coche eléctrico. Por otro, estaba el anguloso y desgarbado Peugeot 104, cuyo aspecto apenas perduró en la memoria. No es especialmente bonito, pero tampoco era terriblemente feo.
Peugeot fabricó más de 1,6 millones de unidades del 104 hasta 1988, y en la actualidad quedan muy pocos en buen estado. Sirva un ejemplo: en 2019, solo quedaban 12 Peugeot 104 matriculados en Reino Unido. Incluso en Francia, el 104 prácticamente ya no se ve por las carreteras. Carecía del encanto de su sucesor, el 205, además de la calidad general de la chapa, un poco justa para la época.
El Peugeot 104 se presentó, por primera vez, como un hatchback de cuatro puertas y posteriormente como un coupé de tres puertas. El sobrio diseño fue obra de Paolo Martin, que también confeccionó el Fiat 130 Coupé en Pininfarina, entre otros. El 104 sirvió posteriormente de base para el Citroën LN/LNA, el Citroën Visa y el Talbot Samba.
El número 104 fue producto de la efímera colaboración mecánica y de ingeniería entre Peugeot y Renault. El proyecto M-121 dio lugar al 104, pero también al Renault 14 en 1976. Con el título de "el cuatro puertas más corto de Europa", el Peugeot 104, con 3,58 metros, se estrenó en 1972 como el número más pequeño de la gama Peugeot.
Dos años después del lanzamiento al mercado del utilitario con maletero pequeño, le siguió el gran portón trasero del Peugeot 104 C de tres puertas, que llegaba a los 3,30 metros de longitud. No fue hasta 1977 cuando el cuatro puertas se convirtió en un modelo de cinco puertas, con un gran portón. La entonces 'extra larga' distancia entre ejes de 2,42 metros hacía que el cinco puertas fuera espacioso en su interior y creaba hasta 700 litros de capacidad de carga bajo el elegante portón trasero.
En el apartado mecánico, se utilizaron nuevos motores de aleación ligera montados transversalmente con un cigüeñal de cinco cojinetes. La capacidad de remolque de hasta 900 kilogramos era sorprendentemente alta, y equivalía a modelos de mayor tamaño. Al mismo tiempo, el Peugeot 104 impresionó por su avanzado chasis, con suspensiones delanteras y traseras independientes.
Los 104 también eran especialmente atractivos en términos de mantenimiento. Esto no solo se debió a los costes comparativamente bajos, sino sobre todo a los bajos valores de consumo, que fueron decisivos para la compra, especialmente en los años de la primera crisis energética de 1973-74.
Otro argumento decisivo fue el motor básico de cuatro cilindros, con 1,0 litros de cilindrada y 45 CV de potencia del 104, que ofrecía casi las mismas prestaciones que su hermano mayor, el 204, pero con un consumo de combustible considerablemente menor. Estaba situado en el vano motor en un ángulo de 72 grados con respecto a la parte trasera y, al igual que en el Peugeot 204 y el Austin/Morris Mini, se encontraba por encima de la caja de cambios.
Como alternativa, estaba disponible un motor de 1,1 litros con 53 CV. Los propulsores posteriores de 1.360 cm3 se comercializaban con tres niveles de potencia: 60, 72 y 79 CV para el mercado francés. A modo de curiosidad, el 104 fue el primer Peugeot de la época que nunca estuvo disponible con un motor diésel.
El papel del 104 como pionero en la construcción ligera moderna también fue destacado. El modelo francés pesaba inicialmente solo 760 kilogramos. En 1975, Peugeot desarrolló una berlina de cuatro puertas, un coche familiar de cuatro puertas, una furgoneta cerrada y una camioneta para complementar la familia 104.
Al final de una vida larga y extremadamente exitosa, el Peugeot 104 se quedó temporalmente sin un sucesor. En 1983 salió al mercado el 205, y poco después el 104 pasó a venderse solo en Francia. Allí continuó ofreciéndose como modelo económico hasta que la producción se interrumpió en mayo de 1988, después de 16 años. Durante ese tiempo, se produjeron 1.624.992 Peugeot 104. Del total, 345.849 fueron versiones coupé de batalla corta.
Solo el Peugeot 106, presentado en 1991, puede considerarse un verdadero sucesor del 104 en cuanto a nombre y dimensiones. Hablando de nombres, ¿por qué nunca hubo un Peugeot 105? Pues bien, en el momento del estreno del 205, este número lo llevaba un ciclomotor de la marca francesa.
Pero volvamos al 104: en 1976, el más pequeño de los Peugeot causó sensación con un emocionante estudio de diseño roadster, obra de Pininfarina. Llamado 'Peugette', el biplaza era un deportivo minimalista con una potente barra antivuelco, e incluso se pensó en un 'monoposto' para la competición.
Los modelos especiales, muy elegantes, basados en los 104 C y ZS de tres puertas, de tipo coupé, conquistaron el corazón del público femenino. Por el contrario, el predecesor del GTi 104 ZS Rallye, con alerones, aletas y 80 CV de potencia, era codiciado sobre todo por los más jóvenes. Con el estudio de seguridad 104 VLS (Vehicule Léger de Sécurité) de 1979, Peugeot demostró que incluso los coches pequeños podían ofrecer una gran protección a los pasajeros y, algo todavía nuevo en aquella época, a los peatones.
La deportiva serie especial ZS2 (velocidad máxima de 173 km/h) con un motor de 1.360 cm3 de cilindrada y 93 CV DIN se vendió en una serie limitada de 1.000 unidades entre enero y marzo de 1979. El 104 ZS2 se diferenciaba del ZS por las llantas de aleación Amil, el guardabarros delantero, los embellecedores de las aletas, los paragolpes 'delgados' en negro mate, el espejo retrovisor en forma de bala, la pintura especial gris Vulcan y las franjas laterales rojas.
En 1980, todos los 104 recibieron un nuevo salpicadero, seguido en 1982 por un nuevo frontal en negro mate. Hacia el final de la producción, Peugeot dotó al 104 de una nueva parrilla del radiador en el color de la carrocería, al estilo del 205 en 1987. Solo quedaban en el catálogo la berlina GLS y los coupés Z y Style Z, todos con el motor de 1.124 cm3 y 50 CV.
Los éxitos del Peugeot 104 en los deportes de motor son poco conocidos. En el Campeonato Mundial de Rallies, Jean-Claude Lefebvre (entonces junto a Jean Todt) ganó el Grupo 2 del Tour de Corse en 1977. En el Rally de Montecarlo de ese mismo año, Alain Coppier venció en la Clase 1 del Grupo 2 Tourisme, y en 1981, Pierre Toujan triunfó en la Clase 2 del mismo grupo. En 1979, Claude Laurent ganó la clase 1 del Rally Molson du Québec.