Hoy en día, la gran mayoría de fabricantes de automóviles tienen ya planes sobre la mesa para abandonar los motores de combustión, pero hace tres décadas no eran tantos los que exploraban las posibilidades de la electricidad en el mundo de la automoción. 

Opel presentó en el salón de Ginebra de 1992, hace casi 30 años, un prototipo muy peculiar, denominado Opel Twin, que resultó una propuesta verdaderamente diferente. Opel buscaba abordar la idea de combinar un motor de combustión interna y otro eléctrico, pero de una forma muy diferente a los híbridos que conocemos.

Galería: Opel Twin concept (1992)

Y es que no se trataba de un híbrido convencional, ni de un eléctrico, sino de un concepto que, para cada ocasión, podría alternar la gasolina y la electricidad, de forma que la batería no nos lastrara al circular en modo térmico, y viceversa. ¿Cómo? Pues gracias a la idea de un eje trasero intercambiable.

En realidad no era un eje, sino dos diferentes, que se podían instalar indistintamente. Por un lado, uno con motores eléctricos integrados y una batería de 29 kWh, para circular por ciudad en modo exclusivamente eléctrico. El sistema, lógicamente de propulsión trasera, ofrecía una potencia de alrededor de 30 CV, y facilitaba una autonomía de unos 200 kilómetros, suficiente para un uso urbano.

Opel Twin Concept (1992)
Opel Twin Concept (1992)
Opel Twin Concept (1992)

Por su parte, cuando llegaba la hora de viajar, este eje podía intercambiarse por otro térmico, con un pequeño motor tricilíndrico de gasolina integrado, de 0,8 litros y 35 CV de potencia, además de una transmisión y un pequeño depósito de 25 litros. A pesar de sus cifras, anunciaba una autonomía de 500 kilómetros. 

En el habitáculo, el Twin también era sorprendente, y no solo por los materiales decorativos y la colorida tapicería de asientos, puertas y salpicadero, sino también por su puesto de conducción central, con el volante instalado en el centro del salpicadero y un curioso asiento giratorio. A diferencia de, pongamos, un McLaren F1, que gozaba de dos asientos laterales adicionales, este Opel Twin ofrecía una banqueta trasera de tres plazas.

Opel Twin Concept (1992)

Ya que los aspectos técnicos del modelo, y sobre todo la curiosa solución a nivel de ingeniería del eje trasero, eran más importantes que el propio diseño, la apariencia del Opel Twin no resultaba precisamente sugerente. En cualquier caso, la estética suponía algo secundario en este caso.

Quizá por esto, o por la dificultad de llevar a la producción un concepto técnico tan diferente a lo habitual, el interesante prototipo alemán nunca llegó a hacerse realidad, pero la idea, incluso en la actualidad, no parece del todo descabellada, ¿verdad?