El Ford RS200 es uno de los coches más icónicos en la historia de los rallies, al militar en el ya 'desaparecido' Grupo B, una categoría a la que también pertenecieron modelos como el Lancia Delta S4 y el Audi Quattro S1.
El coche de la imagen (chasis 169) es de un año muy raro, 1986, ya que en ese periodo solo se vendieron unas 140 unidades homologadas para el Campeonato del Mundo de Rallies. Y por cierto, este también tiene el volante a la izquierda. Si te interesa, se está subastando en BringATrailer.com hasta este viernes, 17 de septiembre, por un precio que ya va por los 225.000 dólares (unos 190.300 euros al cambio actual).
El Ford RS200 se desarrolló a partir de 1983 como un coche de rallies específicamente para la categoría del Grupo B, que requería la producción de al menos 200 unidades para su homologación, por parte de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA).
Galería: Ford RS200 rally Grupo B 1986 en venta
De hecho, es una joya de la ingeniería de aquella época: tiene una subestructura de aluminio en forma de panal con un túnel central de material compuesto, un subchasis de acero y una jaula de seguridad integrada, también de acero.
La carrocería, diseñada por Ghia, es de fibra de vidrio. Hay tomas de aire por todas partes, con la parte delantera dominada por los faros redondos y la parrilla de faros auxiliares cubiertos, en el techo hay una toma del intercooler (sí, en el techo) y en la parte trasera un alerón de cola de pato, con pilotos tomados del Ford Sierra contemporáneo.
Tampoco faltan detalles extravagantes, como cabría esperar de un coche del Grupo B de los años 80. Hablamos del ya mencionado intercooler montado en el techo, una ubicación poco habitual, pero tremendamente efectiva al ir ubicada en la parte más alta posible del vehículo.
La suspensión es independiente y dispone de amortiguadores de doble muelle helicoidal, las llantas son de magnesio y los asientos son de competición (de tipo baquet) incluso en la versión homologada para carretera.
El motor 1.8 Cosworth DOHC montado en el centro envía sus 260 CV a las cuatro ruedas a través de una caja de cambios manual de cinco velocidades y tres diferenciales de deslizamiento limitado.
Su carrera fue muy corta. Tras un tercer puesto en el Rally de Suecia de 1986 (el mejor resultado de su palmarés), la FIA, que controlaba el WRC en ese momento, empezó a investigar el accidente del Rally de Portugal de 1986, uno de los más terribles de la historia de los rallies, en el que también se vio implicado un Ford RS200 y muchos espectadores resultaron heridos, con cuatro muertos, incluido el copiloto.
Este y otros muchos accidentes, a menudo muy graves y mortales (en los que se vieron implicados todos los coches punteros de esta categoría, no solo el Ford), llevaron a la FIA a suprimir el Grupo B de la competición en 1987.
El RS200 E2 (una versión mejorada que podía ofrecer hasta 850 CV y un 0-100 km/h en 2,2 segundos) comenzó su trayectoria en el RallyCross, que duró hasta 1992. Mientras tanto, las versiones de carretera del RS200 fueron desmontadas y vendidas por piezas, por lo que se ha convertido en uno de los coches más raros de su época.
El chasis 169 tiene una historia peculiar. Se cree que permaneció en la planta de Ford en el Reino Unido hasta 1994, cuando fue adquirido por un propietario de Michigan, donde permaneció durante más de 15 años. Se trata de un ejemplar de color blanco diamante (que era uno de los colores más comunes para el RS200), con guardabarros rojos a juego con los retrovisores.
En el interior, el color rojo se encuentra en los asientos deportivos, y no falta el equipamiento de última generación para 1986, como los cinturones con pretensores, espejo retrovisor retráctil, instrumentación VDO (con una zona roja en el cuentarrevoluciones a 7.000 rpm y 250 km/h de velocidad máxima en el velocímetro), temperatura del refrigerante y presión del aceite.
También hay un adhesivo que describe el procedimiento de arranque en frío, y un extintor colocado en la mampara trasera que separa el habitáculo del motor.
En 2020 se restauró mecánicamente, con mantenimiento del turbo, la caja de cambios, los frenos y la alimentación de combustible, así como la sustitución de la correa de distribución, el refrigerador de aceite y las mangueras y los conductos del turbocompresor.
En 2021 se compró en un concesionario, con el cuentakilómetros luciendo solo 5.600 km. Ahora se encuentra en Florida, a la venta en una subasta, con facturas de servicio que datan de 2014, un informe Carfax y una matrícula de Montana.