Se trata de una vieja pregunta: ¿cuál es el coche más bonito de la historia? Algunos dirán que es el Jaguar E-Type, mientras que otros responderán el Lamborghini Miura. Otra respuesta muy popular sería el Mercedes-Benz 300 SL. El coche que estás viendo aquí no es un Gullwing auténtico, pero es una réplica más que decente que no nos importaría poseer.

Mientras que algunos ejemplares de este impresionante coupé alcanzan un millón de euros en las subastas, esta impresionante imitación es mucho más accesible. Hace honor al nombre Gullwing al adoptar las espectaculares puertas que miran al cielo, por no hablar de la fiel imitación de la magnífica carrocería del icónico coupé de los años 50.

Galería: Mercedes-Benz SLK 32 AMG 2001 replica de Gullwing

Puesto a la venta por Crossley & Webb en Sudáfrica, el Gullwing Tribute comenzó siendo un SLK 32 AMG de 2001, antes de recibir una carrocería de aluminio diseñada a partir de los datos obtenidos de un escaneo en 3D de un W198 auténtico.

La carrocería con sabor retro no solo tiene un gran aspecto, sino que también ha contribuido a una impresionante dieta de adelgazamiento, cifrada en 400 kilos, respecto al coche donante, una cantidad bastante significativa.

Mercedes-Benz SLK 32 AMG 2001 replica de Gullwing

El Gullwing Tribute, que está expuesto en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), conserva el motor 3.2 V6 sobrealimentado del modelo original, con 350 CV de potencia y 450 Nm de par motor. Según la información disponible, la transmisión automática de cinco velocidades "cambia con suavidad" y "el rendimiento es enérgico".

Al conjunto original se le añadió una jaula antivuelco de acero, para asegurar la rigidez torsional necesaria, tras descartar la carrocería roadster inicial, para convertir al SLK en una fiel réplica del 300 SL.

Se fabricaron aproximadamente 1.400 unidades del Gullwing original, y aunque este SLK de la generación R170 no es tan exclusivo, sigue siendo un ejemplar relativamente raro, teniendo en cuenta que solo se fabricaron unos 4.333 ejemplares del 32 AMG, entre 2001 y 2004.

Claro que los 128.000 dólares (105.000 euros al cambio actual) que cuesta pueden parecer demasiados para tratarse solo de una copia, pero algunos dirán que está justificado ya que la atención por el detalle es increíble.

Fuente: Crossley & Webb