Si vas a hacer muchos kilómetros al año (más de 20.000), lo lógico es que te plantees la compra de un coche turbodiésel. Para reducir la emisión de óxido de nitrógeno de estos motores y cumplir la normativa europea, la solución es el AdBlue, un aditivo que seguro habrás visto en muchas gasolineras.

Por si eres de los despistados que no sabes todavía para qué sirve este compuesto, vamos a contarte sus principales datos. El primero es que se almacena en un tanque independiente, cuya boquilla se encuentra justo al lado de la del depósito principal. ¿Cada cuánto hay que rellenarlo? Cada 10.000 kilómetros, aunque muchos coches empiezan a avisar unos 2.400 kilómetros antes de que se cumpla ese intervalo.

En los coches, apareció por primera vez con los motores Euro 4 más avanzados y luego su uso se extendió en los propulsores Euro 5 y Euro 6. No obstante, fueron los vehículos pesados quienes introdujeron primero esta solución en el mercado. 

Técnicamente, el AdBlue es una solución de urea técnica en agua desmineralizada, que no es ni tóxica ni inflamable. Es importante el apellido 'técnica', ya que otros tipos de urea contienen sustancias que pueden dañar el sistema de escape. 

AdBlue, ¿qué es y cómo funciona?

El AdBlue se inyecta en los gases de escape, a través de inyectores especiales en el tubo, justo delante del catalizador SCR. El calor transforma la urea en amoniaco, capaz de convertir el óxido de nitrógeno en nitrógeno y agua, no tóxicos. 

Este elemento se ha convertido en algo tan importante que si fallara, el motor se bloquearía por la unidad de control y no arrancaría. De ahí el aviso tan antelado que contábamos antes. 

¿Y dónde se puede adquirir el AdBlue? Obviamente, está a la venta en las estaciones de servicio o en bidones de varias capacidades, disponibles en grandes superficies. El relleno no requiere ninguna precaución especial ya que el aditivo, como hemos dicho, no es peligroso en caso de derrame.

Los precios del AdBlue varían mucho: en las gasolineras, suele estar en torno a 0,60 euros el litro, mientras que las garrafas son más caras, pues sale una media de unos 2 euros por cada litro. Ahora sí, esta tecnología ya no te pillará 'en fuera de juego'...