A lo largo del pasado año, Audi nos sorprendió con un movimiento que no esperábamos, como fue la reconversión completa de sus modelos 'S' hacia motores TDI... cuando todo hacía indicar que los propulsores turbodiésel estaban de capa caída.
Dejando a un lado conjeturas sobre la posible finalidad última, como rebajar las emisiones medias de dióxido de carbono (CO2) de la gama, esta solución nos generó un sinfín de dudas. A fin de cuentas, el motor 4.0 V8 biturbo, que equipaba el anterior S6, era una delicia en todos los sentidos...
Para comprobar la evolución (o involución, veremos), disponemos de una excelente unidad de pruebas de esta berlina familiar de corte deportivo, que tiene por nombre Audi S6 Avant TDI quattro 2020. Veamos de qué es capaz.
Galería: Prueba Audi S6 Avant TDI quattro 2020
Sobre el papel, hablamos de un modelo que anuncia unas grandes dimensiones, con 4,95 metros de largo, 1,89 de ancho y 1,48 de alto, que potencia el aspecto práctico, gracias a un habitáculo realmente espacioso y a un maletero que alcanza los 550 litros de capacidad. Por supuesto, de serie cuenta con apertura y cierre eléctricos del portón.
Ahora bien, si por algo destaca el modelo alemán, de un primer vistazo, es por su estética. De hecho, cuenta con todo lo que se debe exigir a una berlina deportiva: paragolpes específicos pasos de rueda ensanchados, difusor posterior, sistema de escape deportivo, un discreto alerón...
Tampoco faltan unas llantas de aleación de aleación de 20 pulgadas, que pueden ser de 21 en opción, o la espectacular pintura Rojo Tango metalizado, que cuesta 1.320 euros.
Las buenas sensaciones se mantienen en el interior, donde se aprecian materiales de calidad y, por difícil de creer que parezca, llama más la atención el aspecto tecnológico que el deportivo.
Es cierto, hay un volante multifunción achatado en la parte inferior y con detalles de cuero perforado, pedales acabados en aluminio, unos asientos estupendos, que recogen el cuerpo a la perfección... Pero, queramos o no, la vista se va a la configuración de triple pantalla.
El cuadro de instrumentos mide 12,3 pulgadas y ofrece distintas opciones de visualización, mientras que en la zona central del salpicadero se encuentra la pantalla del sistema multimedia, de 10,0 pulgadas, y justo debajo, el display adicional desde el que se manejan distintos parámetros de la climatización, de 8,6 pulgadas.

Pasando a lo que nos interesa, la parte mecánica, descubrimos que el S6 Avant apuesta por el motor turbodiésel 3.0 V6 TDI, con un compresor eléctrico y una red adicional de 48 V, que sirve de base para el sistema Mild-hybrid (MHEV). Y sí, este modelo dispone de etiqueta Eco de la DGT... con todas las ventajas que conlleva.
Esta opción asegura 350 CV de potencia y un par máximo de 700 Nm, entre 2.500 y 3.100 rpm, que son datos muy buenos... aunque 100 CV por detrás de lo que ofrecía el propulsor 4.0 V8, con dos turbos. Eso sí, en términos de par motor, se ganan 150 Nm, aunque la franja óptima de utilización es mucho menor.
La mayor mejora llega de la mano del consumo de combustible, ya que el gasto medio se reduce de los 9,4 litros cada 100 kilómetros del V8, en el benevolente ciclo NEDC, a los 7,9 litros del modelo actual, en el exigente WLTP. Lo que se traduce en que las paradas en las estaciones de servicio serán mucho menos frecuentes. Y eso, siempre es una gran noticia.

En todos los casos, se opta por la tracción total quattro y por la transmisión automática con convertidor de par tiptronic, de ocho marchas. Lo que queda a elección del conductor es recurrir al diferencial autoblocante deportivo en el eje trasero, que cuesta 1.905 euros, a la dirección en el tren posterior, por 2.505 euros, o a la suspensión neumática (la función adaptativa es de serie), por 1.105 euros.
Complementos que no hacen sino mejorar un conjunto que, según sale de fábrica, es capaz de alcanzar los 250 km/h de velocidad máxima (autolimitada) y de acelerar de 0 a 100 en 5,1 segundos (medio segundo más lento que el modelo que probamos en 2018).

Desde el punto de vista dinámico, el coche ha perdido unas cosas y ha ganado otras. Entre lo que se echa en falta, están el rendimiento y el sonido del motor V8, así como su gran capacidad de funcionamiento a casi cualquier régimen.
Entre lo que se gana, además de la mayor eficiencia, debemos resaltar la respuesta que asegura a bajo régimen el compresor eléctrico EPC, que anuncia un tiempo de respuesta por debajo de 250 milisegundos, así como una potencia de salida de 7 kW y un régimen de giro de 70.000 rpm.
Lo que no cambia es su hábitat predilecto: las autovías y vías rápidas, donde el modelo de Ingolstadt se 'come' grandes distancias con una facilidad pasmosa, a una velocidad media que puede llegar a asustar y con una capacidad de confort que roza lo excepcional. Imaginamos que viajar con él por Alemania, en los tramos libres de velocidad, debe ser una experiencia fuera de lo normal...
Cuando la carretera empieza a ser más revirada, no se descompone, ni mucho menos. Es más, puede llegar a ser mucho más ágil y habilidoso que cualquier modelo de 2.020 kilos que se me pueda pasar por la cabeza. Y eso, sin duda, habla muy bien de su capacidad de tracción, de unos frenos que 'aguantan el tipo' y de una excelente puesta a punto del chasis, así como del buen hacer de los elementos opcionales mencionados anteriormente.
El precio a pagar por este modelo asciende hasta los 86.240 euros, sin incluir la gran cantidad de extras que existen a disposición del cliente. ¿Es más caro o más barato que el modelo anterior? Pues la verdad, tomando como base la unidad que probamos en 2018, nos damos cuenta de que es unos 12.000 euros más asequible.
Si quieres recordar cómo era aquel familiar de raza, te dejamos con el enlace a la prueba del Audi S6 Avant de la generación precedente, así como con su extensa galería de fotos, realizada en el circuito del Jarama. ¿Con cuál de los dos te quedarías?
Audi S6 Avant TDI quattro