¿Cómo definir el paraíso de los coches? Habrá quien piense que está en Maranello o en Zuffenhausen, en Nürburgring-Nordschleife o La Sarthe o, incluso, en su propio garaje (¿te acuerdas de Manny Khoshbin y sus múltiples Bugatti?).

Sin embargo, por todas las connotaciones que lo rodean, habrá algún que otro conductor que lo encuentre en 'The Holy Grail Garage', en Pittsburgh, Pennsylvania (Estados Unidos).

Un buen motivo, para empezar, es que se emplaza en una iglesia... literalmente. Al menos, antes lo era como tal. Sin embargo, el halo del lugar te permitirá disfrutar de la 'santidad' que todavía desprenden los modelos allí expuestos.

Así las cosas, el HGG, o Garaje del Santo Grial en español, es obra y propiedad de Mike Fanto, que aprovechó el espacio de una iglesia abandonada y desmantelada para su creación, lo que explica el peculiar escenario.

Aparte de permitir su acceso a coches de lo más exótico, junto a otros más terrenales (puedes verlos en la galería de fotos), es la sede de un club que da cobijo a sus miembros (y sus vehículos) en tan sacro espacio.

Además, a los 'fieles' no les faltan cuidados, ya que hay vigilancia 24 horas, zona de lavado, sistema contra incendios, se proporcionan servicios de taller...

El HGG también ofrece un espacio para los miembros del club, en el que hay un salón con varios televisores de pantalla gigante, billar, bar, zona de fumadores...

En el momento de escribir estas líneas, no sabemos cuánto costará hacerse socio de esta hermandad tan peculiar, pero es cierto que mal no les debe de ir, ya que en la web se indica que las plazas son limitadas. Y sí, las motos también son bien recibidas...

Fuente: The Holy Grail Garage en Instagram, vía Motor1.com Global