No sé a vosotros, pero a mí una réplica mal hecha me hace pasar un buen rato. Al descubrirla, suelo echar un buen vistazo a las fotos y compruebo, casi riéndome, cómo hay gente que no tiene ningún pudor en conducirla por la calle y, llegado el caso, en venderla. 

La última muestra de una copia horripilante es este Ferrari Testarossa, más falso que un Rolex de feria. El coche que se esconde bajo esos paneles de carrocería es un Porsche 924 que, aunque no es uno de los modelos de la marca alemana más destacados, tampoco merecía un trato así.  

Galería: Réplica del Ferrari Testarossa

El exterior recoge algunos de los rasgos icónicos del Testarossa, aunque están muy lejos de ser semejantes a los del superdeportivo del 'Cavallino Rampante'. Igualmente, el interior se inspira en el del modelo italiano, algo loable, al menos. 

Algunos puntos destacados son el techo tipo targa y una falsa cubierta trasera del motor. Asimismo, las llantas bicolor, con el logotipo de Ferrari, no tienen nada que ver, ni por estética ni por belleza, con las originales. 

En el habitáculo, se incluyen un volante Momo y una insignia de Ferrari enfrente del asiento del copiloto. Además, la consola central se ha cambiado y en ella va instalado un sistema de sonido de la marca Pioneer. 

El motor es el del Porsche 924 básico, un cuatro cilindros en línea, con 2,0 litros y 125 CV. Sí, nada que ver con el propulsor 5.0 V12 del Testarossa, atmosférico y con 390 CV. 

Réplica del Ferrari Testarossa

Como curiosidad, este vehículo estuvo a la venta en Mobile cuando tenía 78.000 kilómetros y había que desembolsar 14.900 euros por él. Quizá fuese demasiado por un coche "que no es perfecto, pero está lejos de lo cotidiano", según el anuncio. 

Acabamos con una galería de fotos del Ferrari Testarossa real, para que no se te quede muy mal sabor de boca. ¿Hubo nuevo comprador para esta copia? La verdad es que nos asalta la curiosidad...

Fuente: Carscoops

Galería: Ferrari Testarossa 1990