Turbo fue la palabra mágica en la ingeniería automotriz durante los años 80. Con la ayuda de un turbocompresor, de repente, pequeños coches se convirtieron en vehículos con unas prestaciones más que considerables. Uno de ellos era el Fiat Uno Turbo i.e. (inyección electrónica), un divertido modelo que cumplió 35 años en 2020. 

En abril de 1985, apareció esta versión 'caliente' del vehículo italiano, que empleaba un motor de 1,3 litros, con inyección de combustible multipunto de BOSCH, encendido electrónico Magneti Marelli y un turbocompresor IHI, refrigerado por agua, con intercooler para reducir las temperaturas del aire de admisión.

Galería: Fiat Uno Turbo 1985-1995

La cilindrada del propulsor se fijó originalmente en 1.299 cm3, pero se incrementó a 1.301 al principio del proceso de producción. Este cambio fue una consecuencia de la normativa italiana de carreteras, que permitía un límite de velocidad más alto para los coches de más de 1,3 litros.

Independientemente del cubicaje, la mecánica desarrollaba 105 CV, aunque el par máximo era mayor en el bloque reestructurado. El cambio asociado era una caja manual de cinco velocidades. 

Fiat Uno Turbo 1988, a subasta

A partir de 1988, este cambio se sustituyó por uno de nueva factura, que presentaba un mejor tacto. En cualquier caso, el Fiat Uno Turbo, que solo pesaba 845 kilos, destacaba por sus magníficas prestaciones: 200 km/h de velocidad máxima y aceleración de 0 a 100 en 8,3 segundos. 

Así, en este ámbito, superaba tanto al Peugeot 205 GTi como al Volkswagen Golf GTI, y solo daba su brazo a torcer frente al Renault Supercinco GT Turbo, con 115 CV en su primera fase, que declaraba 201 km/h y 8,0 segundos para alcanzar los 100 km/h desde parado.  

Según nuestros compañeros de Motor1.com Italia, el vehículo era muy sensible a la fuerza mecánica: "El Uno Turbo tenía que controlar muchas prestaciones en relación con las capacidades de su chasis. Por eso, solía ser un modelo subvirador, pero también con un excelente empuje en línea recta. Asimismo, el eje trasero resultaba bastante 'juguetón', hasta el punto de querer adelantar al delantero en conducción al límite. Sin duda, era un coche que exigía respeto y habilidad al volante". 

Respecto al Uno estándar, el Turbo disfrutaba de una estética más deportiva, con paragolpes específicos, adhesivos en los laterales, salida de escape cromada, llantas de 13 pulgadas... Además, el coche se beneficiaba de una suspensión rebajada, neumáticos Pirelli P6 y discos de freno en las cuatro ruedas. 

Fiat Uno Turbo

En enero de 1987, el vehículo italiano recibió un catalizador, por el cual la potencia bajó ligeramente a 101 CV. En 1989, adoptó un restyling, que mejoró la aerodinámica y supuso la instalación de un turbo Garrett T2. 

Inicialmente, el Fiat Uno Turbo se comercializaba por 1,3 millones de pesetas, una tarifa muy cercana a la del Supercinco GT Turbo. En España, el modelo francés se vendió más que el transalpino, pero quedará para siempre esta magnífica rivalidad turboalimentada...