Normalmente, los superdeportivos se desarrollan con la mente puesta en las carreteras y los circuitos, pero las compañías Laffite y G-Tec presentan una propuesta diferente. El modelo de las imágenes es, en efecto, un potente supercoche biplaza, pero a diferencia de otras bestias de gran potencia, el X-Road está ideado para divertirse fuera del asfalto.

El X-Road no es un todoterreno al uso, ya que prescinde por ejemplo de la tracción total (es de propulsión trasera), pero sí tiene aspecto de ser capaz de circular por el campo a gran velocidad, como si de un prototipo del Dakar se tratase. La suspensión, por ejemplo, ofrece un recorrido de 43 centímetros, mientras que los neumáticos son de tacos.

Como buen supercoche, esconde un motor V8 de gasolina (LS3), de 6,2 litros y origen General Motors, con potencias de entre 477 y 730 CV, al tiempo que la transmisión es secuencial, con levas, de cinco o seis velocidades. Aunque no se han anunciado cifras de aceleración, sí sabemos que su velocidad máxima está limitada a 230 km/h, lo que parece más que suficiente para el cometido del coche.

Este X-Road, que mide 4,29 metros de largo, 2,14 metros de ancho y 1,52 metros de alto, está basado en un chasis desarrollado por G-Tec (que comparte nombre con las versiones de gas natural de Skoda) y fabricado en una aleación de acero, cromo y molibdeno. El peso total del conjunto es de unos 1.300 kilos. 

La compañía fabricará únicamente 30 ejemplares del coche, aunque no sabemos si solo para Estados Unidos o si también se exportarán a otros mercados. Las entregas arrancarán a finales de este año 2020 y, por supuesto, el interior se diseñará a medida para cada cliente.

¿El precio? 465.000 dólares (419.000 euros) para empezar a hablar, aunque si quieres una unidad totalmente eléctrica, en la que la marca ya está trabajando, la tarifa asciende hasta los 545.000 dólares (492.000 euros).

Fotografías: Laffite Supercars / ©Olivier Pojzman