Pocas veces, un nombre ha querido decir tanto. PhoeniX significa Fénix y hace referencia al ave de la mitología griega, capaz de regenerarse cíclicamente. Justo en 2011, Saab había dejado atrás su pertenencia a General Motors y se mostraba con fuerzas para tomar impulso y seguir siendo una importante marca Premium.
Todos sabemos que la historia no acabó con final feliz, pero queda para el recuerdo el Saab PhoeniX Concept, el último prototipo mostrado por la firma sueca. Lo hizo en el salón de Ginebra 2011 y lo cierto es que causó sensación.
Una vez más, el fabricante Premium creó un vehículo con clara inspiración aeronáutica, en un guiño inequívoco a sus inicios. De ahí la adopción de varios componentes y soluciones aerodinámicas, que buscaban reducir la resistencia al aire y, por ende, los consumos y las emisiones contaminantes.
En este punto, los apéndices más revolucionarios se encontraban en el marco superior de las ventanas laterales, que se separaban de la carrocería y servían para canalizar el aire y generar fuerzas descendentes, sin verse perjudicado el coeficiente aerodinámico (Cx), de tan solo 0,25.
Su fisonomía coupé alcanzaba 4,4 metros de longitud, 1,87 de anchura y tan solo 1,33 de altura. En el exterior, además de los apéndices, debemos destacar las puertas, con apertura de tipo alas de gaviota, y las grandes llantas de aleación de 20 pulgadas.
En cuanto al habitáculo, estaba conformado por cuatro plazas, si bien las traseras apenas tenían espacio para niños, tal y como sucede en el Audi TT actual.

En este prototipo ya se vislumbraba una solución ecológica de impulsión. Hablamos de un módulo híbrido, compuesto por un motor turboalimentado de gasolina, con 1,6 litros y 200 CV, más un propulsor eléctrico de 34.
El de combustión se encargaba de mover el eje delantero, mientras que el 'ecológico', daba cuenta del trasero. Este sistema de tracción total sin eje de transmisión se denominó eXWD. El resultado fue un consumo mixto homologado de 5,1 litros cada 100 kilómetros.

Por supuesto, no faltaban unas destacadas prestaciones, ya que el Saab PhoeniX Concept declaraba una aceleración de 0 a 100 km/h en 5,9 segundos. ¿Piensas que era automático? Nada de eso, el conductor debía gobernar una caja manual de seis velocidades.
Otro punto destacado del vehículo es que contaba con un sistema de información y entretenimiento muy avanzado para la época, que utilizaba el sistema operativo Android y permitía disfrutar de conexión con el exterior.
El Saab PhoeniX Concept iba a servir de inspiración estética para los futuros modelos de producción de la marca, pero, lamentablemente, todo se quedó en un proyecto, cuyas cenizas parecen eternas...