Seguramente recordarás el diseño tan atrevido del Lamborghini Veneno Roadster, la versión descapotable del superdeportivo, que se presentó en octubre de 2013, apenas unos meses después de la exhibición pública de la configuración coupé en Ginebra.
Si este último se limitó a 3 unidades, del descapotable se fabricaron 9, que fueron ensamblados y entregados a lo largo del año 2014.
Uno de estos ejemplares cayó en manos de Teodoro Nguema Obiang Mangue, vicepresidente de Guinea Ecuatorial e hijo del presidente.
Galería: El Lamborghini Veneno Roadster subastado por 8,3 millones de dólares
Y no es el único coche de altas prestaciones que tenía en su haber, sino que la colección ascendía a un número de 25 automóviles, de marcas como Ferrari, Aston Martin o Bugatti, entre otros.
Y decimos tenía, porque las autoridades suizas se los requisaron en 2016 y decidieron sacarlos a subasta, de modo que se pudieran costear los gastos procesales de la investigación a Mangue, acusado de lavar dinero negro y de malversación de fondos públicos.
Todo esto, en un país en el que el porcentaje de extrema pobreza es de casi el 80 por ciento.
Con la subasta del Lamborghini Veneno Roadster, se alcanzaron los 7,62 millones de euros, lo que lo convierte en el modelo del fabricante que alcanza la mayor puja en este tipo de eventos.
Entre las particularidades de la unidad, hasta entonces propiedad de Mangue, encontramos un color de carrocería blanco y una tapicería beige en perfecto estado, así como un odómetro que marca un uso de tan solo 325 kilómetros. Es decir, que podemos decir que el coche está prácticamente nuevo.

Hablando de las prestaciones del Veneno, recordar que equipa una motor de gasolina V12 de 6,5 litros de cilindrada y una entrega de 750 CV. Dispone de tracción total y es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 2,9 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 355 km/h.
Pero también se vendieron otros automóviles nada despreciables, como un Koenigsegg One:1 por 4,22 millones de euros, un Ferrari LaFerrari por 2,01 millones de euros o un Bugatti Veyron por 1,2 millones de euros, entre otros.