Aunque parezca una obviedad, cuando compras un coche, tienes que tener en cuenta que, cada extra que añades, eleva el coste final del vehículo. Esto ocurre en mayor medida en el caso de automóviles de altas prestaciones, como es el caso de Ford Mustang, concretamente en su versión Shelby GT500.
Por desgracia, ni esta ni la GT350 están a la venta en Europa, aunque hay importadores que permiten traerlos, previo pago de una suma más elevada que la del modelo en su país de origen.
Pero quizá te resulte curioso el sobrecoste de algunos opcionales que, a priori, no deberían suponer un desembolso de dinero muy elevado.
Lo primero y más sorprendente son los más de 9.000 euros que hay que pagar por vinilar el GT500; es decir, ponerle las dos bandas centrales que ves en las fotos. Realmente es una cantidad desorbitada, pero es posible elegir entre los colores negro, blanco o azul.
Luego pasamos a otros extras, más costosos, pero también con cierta justificación. Por ejemplo, el paquete 'Track Pack' de fibra de carbono cuesta cerca de 17.000 euros, tras añadir interesantes elementos en términos de aerodinámica, como el alerón trasero, y que, a su vez, son menos pesados. Y son tan solo algunos detalles de todo lo que aporta gastarse tal cifra, sin contar el gasto base del automóvil.
En el configurador también puedes añadir tecnologías y ayudas electrónicas a la conducción, como el detector de ángulo muerto, nuevas funcionalidades para el sistema de infoentretenimiento, asientos delanteros ajustables y altavoces firmados por Bang & Olufsen. Todo esto, por 3.000 euros más.
¿Crees que está justificado el precio o se han pasado de la raya?