Destinado a competir contra automóviles deportivos en el mercado norteamericano, el BMW 507 no consiguió alcanzar el interés necesario por parte de sus potenciales clientes, a finales de los años 50.
El hecho de que finalmente solo se acabaran fabricando 252 unidades, hace que el valor y el interés actual hayan crecido notablemente, hasta el punto de que la prestigiosa casa de subastas Bonhams ponga a la venta, este fin de semana, una de estas exclusivas piezas alemanas.
La subasta tendrá lugar en Francia, concretamente en el marco del Concurso de Elegancia de Chantilly.
El 507 de BMW nació sobre la base del 503 y su desarrollo fue idea de Max Hoffman, por aquel entonces, importador de la marca en Estados Unidos. Este peculiar austriaco consiguió convencer a las altas esferas de la firma bávara, de manera que, finalmente, acabaron produciendo y comercializando este deportivo descapotable de lujo.
Su principal rival a batir en el mercado Premium de antaño era ni más ni menos que el Mercedes-Benz 300 SL.
Cuando desde Múnich se dio luz verde al proyecto, Hoffman se encargó de la supervisión y recurrió a Albrecht von Goetz para que diseñara el chasis del nuevo deportivo. Bajo el capó se instaló un bloque V8 de gasolina, de 3,2 litros de cilindrada y 150 CV, fabricado en aluminio y ensamblado en un chasis acortado, para el que también se utilizó el material ligero.

De esta manera, consiguieron que el coche pesara únicamente 1.280 kilos. La velocidad punta de este coche se fijó en 200 km/h, mientras que la aceleración de 0 a 100 km/h era de 11,0 segundos, unas interesantes cifras para la época.
El plan del fabricante era producir un total de 1.000 unidades, pero un precio de 9.000 dólares, que superaba, de lejos, el límite de 5.000 dólares que había previsto Hoffman, frustró las intenciones de compra de muchos de los interesados.

Finalmente, tras su primera aparición en el salón de Nueva York de 1955, se exhibió poco después en el de Frankfurt. Acto seguido, BMW comenzó a aceptar pedidos del 507 y empezó a producirlos en 1956.
Tan solo salieron de fábrica 252 ejemplares, pasando este modelo a mejor vida apenas un año después.
A lo largo del tiempo, el clásico ha ido ganando popularidad tras haber tenido propietarios de la talla de Elvis Presley, John Surtees o el Principe Rainiero de Mónaco, entre otros.

Ahora, una de estas limitadas unidades, la que cuenta con el número de chasis #70223, será la carta de presentación de la casa de subastas Bonhams en Chantilly.
El modelo ha pasado por las manos de varios propietarios, como los Thyssen de Lugano (Suiza) o Fritz Widl, quien lo adquirió en 1982 y lo sometió a una profunda restauración. Después, tuvo otro dueño anónimo en 1985 para, años después, caer en 2004 en las manos del actual poseedor.
Los expertos hablan de la posibilidad de que el martillo baje en la subasta por encima de los dos millones de euros. Y tú, ¿cuánto crees que vale?
Fuente: Bonhams