Es fácil sonreír al leer algunas curiosidades sobre el mercado automovilístico en Italia, allá por el año 1905. En ese momento, el sector estaba en su plena infancia y todo tenía que construirse de manera tradicional. Sirva como ejemplo Fiat, que contaba con 776 empleados, para un mercado de 100 coches al año. 

Otro gran constructor de la época era Diatto, empresa fundada en Turín, que comenzó construyendo carruajes y material para tranvías, antes de convertirse en una fábrica de coches, capaz de hacer sombra a la mencionada Fiat. 

Sin embargo, su historia no se prolongó demasiado en el tiempo y acabó cerrando sus puertas en 1955, sin llevar a cabo todos los proyectos previstos. De ahí que, en el año 2007, Zagato se propusiera recuperar un nombre ya legendario, con un prototipo muy especial: el Diatto GT Ottovù.

Zagato Diatto Ottovu

¿Inspirado en el Fiat Coupé?

El trabajo que Zagato tenía por delante era complicado, ya que no podía inspirarse en un Diatto como tal: sus últimos coches databan de 1929, aunque la empresa hubiera seguido hasta 1955 fabricando recambios. 

La solución fue sencilla, apostando por tomar los mejores rasgos de los coches de Diatto, para construir un coupé con un aspecto limpio y muy sobrio, propio de un verdadero GT. Todo, acompañado por unas luces delanteras en forma de gota y algunos detalles que parecen inspirados en el Fiat Coupé.

El interior también es bastante simple; tanto, que todos los mandos están agrupados cerca de la palanca de cambios y en el salpicadero solo destacan las salidas de aire.

El V12 que nunca llegó

El aspecto elegante del Diatto Ottovù GT enmascara bien la determinación del coche, que a pesar de tener una configuración clásica de GT (el motor es delantero, la tracción está detrás), no renuncia a la deportividad: el motor 5.0 V8 de 32 válvulas está montado detrás del eje delantero, en una posición ideal para centralizar los pesos y mejorar la dinámica en tramos de curvas.

Aunque el aspecto y el peso de este concept car eran de un gran turismo, el rendimiento resultaba propio de un deportivo: anunciaba una aceleración de 0 a 100 km/h en menos de 4,0 segundos y una velocidad máxima de más de 300 km/h.

Desde luego, no estaba nada mal, ya que declaraba dos escalones de potencia: 580 y 650 CV. Sin embargo, en los planes de Zagato también había hueco para una versión más potente del Ottovù, con un V12 de 750 CV.