Hace unas semanas, te contamos la historia del único Ferrari Testarossa Spider oficial, fabricado para Gianni Agnelli, el expresidente del Grupo Fiat, por sus veinte años de mandato. Hoy, analizamos otro vehículo clásico único... también descapotable, el Lamborghini Miura Roadster. Antes de contar su historia, déjame recordarte que el Miura 'convencional' es todo un icono automovilístico y supuso el reconocimiento de Lamborghini como marca destacada de superdeportivos.
Centrándonos en el cabrio, se denominó oficialmente Lamborghini Miura P400 Roadster y debutó en el salón de Bruselas de 1968. No se trataba solo de un Miura sin techo, sino que lució una carrocería rediseñada, gracias al trabajo realizado por el especialista Bertone. Así las cosas, el parabrisas mostraba una mayor inclinación, la línea del techo estaba situada en una posición más baja y se acoplaron tomas de aire laterales exteriores, a la altura de los reposacabezas.

Componentes de zinc
El coche tuvo muy buena aceptación en la cita belga, pero Lamborghini declinó llevarlo a la producción, a pesar del elevado número de solicitudes. Uno de los interesados en la unidad creada era la compañía ILZRO, especialista en aplicaciones con materiales ligeros. La empresa quería comprarlo para desmantelarlo y reemplazar muchos de los componentes originales por otros de zinc, de menor peso.
Finalmente, ILZRO se hizo con el Miura Roadster y llevó a cabo su proyecto. Tras volverlo a ensamblar, lo pintó en un peculiar tono verde. Después de aquella 'dieta', el superdeportivo pasó por varios salones del automóvil durante los dos años siguientes, antes de ser subastado.

Lamborghini Miura Roadster, casi 8 millones de euros
En 1980, hubo de nuevo noticias sobre el descapotable italiano. Ese año, fue restaurado y donado al Museo de Transporte Brookline, en Estados Unidos. Después de un largo periodo de exhibición, se puso a la venta y cambió de manos unas cuantas veces. Ya en el siglo XXI, uno de sus dueños, Adam Gordon, volvió a dejar el coche como estaba originalmente. Es decir, deshizo el trabajo de ILZRO, lo que supuso un gasto de unos 281.000 euros. Luego lo llevó al Concurso de Elegancia de Pebble Beach de 2008, donde el Miura Roadster se clasificó en segunda posición.
Posteriormente, el deportivo se vendió, aunque no se supo la cifra oficial. Los expertos estimaron que el desembolso pudo estar cerca de los 8 millones de euros. Hasta nuestros días, se ha mantenido en manos privadas, aunque, en 2015, Lamborghini lo pidió prestado para mostrarlo en un evento de coches clásicos. El paradero actual del automóvil es un misterio... al igual que la decisión de la marca italiana de renunciar, en su día, a producirlo.