Después de sus últimas buenas actuaciones en el Campeonato de España de Rallyes Todo Terreno (CERTT), con un triunfo en la categoría de dos ruedas motrices, en 2015, y un tercer puesto entre los cuatro ruedas motrices, este año, la firma coreana vuelve al Dakar.
Y lo hace tras conseguir finalizar la exigente prueba, en 2009, con un Kyrion T3, en el que se encontraba Isidre Esteve al volante. Pero este año el reto va más allá, ya que desembarca con un buggy, el SsangYong Tivoli DKR, con Oscar Fuertes como piloto y Diego Vallejo como copiloto.
Una participación en el Dakar 2018 que se ha conseguido, principalmente, gracias al triunfo en la Dakar Challenge Europea, que se disputó durante la pasada Baja Aragón.

A por la cuadragésima edición
En esta edición tan especial, en la que se alcanzan las cuarenta ediciones (diez en América), la carrera arrancará el 6 de enero, en Lima (Perú), y terminará en Córdoba (Argentina), el 20 de enero, tras pasar por tres países: Perú, Bolivia y Argentina. En total, Fuertes y Vallejo, junto a su nuevo Tivoli DKR, deberán recorrer un total de catorce etapas, con 4.329 kilómetros cronometrados y otros 4.464 de enlace.
Como apoyo durante la prueba, la escuadra SsangYong Motorsport movilizará un equipo compuesto por un camión de asistencia, dos coches T5 y un equipo humano integrado por un jefe de equipo, un ingeniero, cuatro mecánicos y un responsable de logística.

¿Cómo es el SsangYong Tivoli DKR?
Como mencionábamos al principio, el SsangYong Tivoli DKR, que disputará el Dakar 2018, es un buggy de la categoría T1-3, con un motor V8 de gasolina, ubicado en posición central-trasera, con 405 CV de potencia... que se alimenta mediante dos depósitos, que suman 400 litros de capacidad. Respecto a la propulsión, es trasera, mientras que la caja de cambios es secuencial, con convertidor de par, de cinco relaciones. Por supuesto, cuenta con un diferencial autoblocante en el eje posterior.
Respecto a las dimensiones, el coche alcanza los 4,80 metros de largo, 2,20 de ancho y 1,80 de alto. Datos bajo los que se 'esconde' un chasis tubular, en una aleación de cromo-molibdeno, de apenas declara 240 kilos de peso.
¿Y las suspensiones? Pues opta por cuatro amortiguadores King, con 40 centímetros de recorrido, con un esquema de doble brazo, en el eje delantero, y de brazo tirado, en el trasero. Por otra parte, de asegurar la frenada se encarga un equipo de frenos con pinzas Wilwood y discos frontales, de 280 milímetros, y posteriores, de 380.
Con este conjunto afronta la firma coreana el Dakar 2018. ¡Mucha suerte!