Mazda tiene encarrilado su futuro de manera ejemplar. Así lo pudimos corroborar, tras conocer su programa Zoom-Zoom Sostenible 2030, con una serie de proyectos y objetivos que irán implantándose hasta finales de la próxima década. El objetivo final reside en reducir un 50% los gases de efecto invernadero, respecto a la gama que ofrecía en 2010.
El primer paso lo protagoniza el nuevo motor de gasolina SKYACTIV-X, que lo estrenará la próxima generación del Mazda3, en el año 2019. Entre sus peculiaridades tecnológicas, conviene resaltar que, en un determinado margen de revoluciones, la quema de la mezcla aire-combustible se lleva a cabo por compresión y no por la acción de una bujía.
Este componente sí está presente, pero no actúa en todo momento. Además, la válvula de la mariposa está abierta casi permanentemente, para lograr consumos más bajos.
SKYACTIV-X, mecánica sobrealimentada
Sin adentrarnos en más materia técnica, este propulsor cubica 2,0 litros e incorpora un compresor volumétrico, para aumentar la entrada de aire. Aún no hay cifras finales de potencia y par motor, pero el objetivo se ha establecido en 130 CV y 230 Nm; es decir, un par máximo cercano al de un propulsor de ciclo diésel con una potencia equivalente.
La parte práctica resulta muy interesante, pues la mecánica consigue un mayor rendimiento en un rango más amplio de revoluciones, respecto al SKYACTIV-G, así como consumos y emisiones equivalentes al actual turbodiésel SKYACTIV-D. Es decir, en este nuevo bloque, se dan la mano diversión en la conducción y eficiencia.
En el apartado comercial, el nuevo motor SKYACTIV-X tendrá un coste más elevado que el gasolina atmosférico actual, pero será más económico que el de ciclo diésel. El combustible estándar será el de 95 octanos y no el de 98, cualidad que supondrá un importante ahorro económico en cada repostaje.

Híbridos, PHEV, eléctricos...
También en 2019, aparecerán los primeros híbridos en la gama Mazda. Asimismo, entre ese año y 2020, se estrenarán la segunda generación de los motores de gasóleo SKYACTIV-D además de modelos eléctricos, algunos 100% y otros con autonomía extendida, a través de un propulsor de gasolina.
Aún hay más porque, entre 2020 y 2021, cobrarán protagonismo los híbridos enchufables, así como las tecnologías de conducción autónoma CO-PILOT. Desde luego, son propuestas muy interesantes que iremos conociendo y probando en fechas venideras.
Volviendo al presente, Mazda puede estar orgullosa de su nuevo CX-5 por varios motivos. Entre ellos, ser el SUV con menos variación entre el consumo homologado y el real, tanto la variante de gasolina como las turbodiésel. Así lo señala un estudio realizado por el organismo independiente INSIA. Nadie puede negar que el camino tomado por la marca japonesa está siendo el correcto desde hace varios años...