Ferrari 599 GTB
Chris Harris y Ferrari han tenido una relación tormentosa. El piloto fue acusado de preparar los coches antes de probarlos y escribir sobre ellos, lo que llevó a la marca italiana a no cederle vehículos de pruebas.
¿Solución? Comprarse uno (más bien, varios). Así hizo con el 599 GTB, dotado de un 6.0 V12, con 620 CV y 608 Nm, derivado del Enzo. Este superdeportivo alcanzaba una velocidad máxima de 330 km/h y aceleraba de 0 a 100 en 3,7 segundos.
Citroën 2CV
Se trata de uno de los coches franceses más emblemáticos de todos los tiempos. A pesar de su baja potencia, formaba parte del garaje de Chris Harris.
El suyo, del año 1957, era una variante AZLM, que se diferenciaba de sus 'hermanos' en la zaga, donde disponía de una puerta metálica para acceder al maletero y la capota era más pequeña.
El motor de 0,4 litros proporcionaba 15 CV, suficientes para alcanzar los 85 km/h de velocidad máxima.
Ferrari FF
Chris Harris también tenía un Ferrari FF (acrónimo de Ferrari Four), con cuatro plazas y tracción a las cuatro ruedas.
Un 'shooting brake' de ensueño con un motor 6.2 V12, de 660 CV y 683 Nm de par máximo, situado en la parte delantera.
Foto: Jalopnik
Peugeot 205 Rallye
Este mítico coche, que se lanzó en 1988, tomaba la decoración exterior del 205 T16 y montaba un propulsor de 1,3 litros y 103 CV.
¿Te parecen pocos? Eran más que suficientes para divertirse, gracias al reducido peso del coche. Además, en curvas, sacaba los colores a modelos más caros y exclusivos.
Se utilizó como base para los Grupos A y N, y tuvo mucho éxito entre los jóvenes como una alternativa válida al GTI, más caro.
BMW M3 E30 Evolution
El primer M3 fue un modelo emblemático, pero Harris no quería una variante estándar, sino un Sport Evolution, producido por BMW para poder participar en diferentes campeonatos internacionales.
En la parte mecánica, estaba equipado con un motor de 2,3 litros y 238 CV. Estéticamente, se diferenciaba del M3 'convencional' en el frontal específico, sin faros antiniebla y con más tomas de aire, y en el alerón trasero más grande.
BMW M5 E28
Harris también posee el primer M5, dotado de un propulsor de seis cilindros en línea, con 3,4 litros y 286 CV, situado longitudinalmente. Esta berlina de altas prestaciones alcanzaba 245 km/h y aceleraba de 0 a 100 en apenas 6,5 segundos. Una locura a mediados de los 80...
Ferrari 512 TR
A la venta entre 1992 y 1994, fue una evolución del Testarossa. Comparándolos, apenas había cambios estéticos, pero sí importantes mejoras en el habitáculo y la mecánica.
El motor V12 de 4,9 litros alcanzaba los 428 CV, una potencia que permitía al superdeportivo llegar a 314 km/h y acelerar de 0 a 100 en 4,8 segundos.
Porsche 911 GT3 RS 4.0
La última evolución del 997 GT3 contaba con un motor bóxer, de 4,0 litros de cilindrada, con 493 CV y 460 Nm de par máximo. El deportivo alemán aceleraba de 0 a 100 km/h en 3,5 segundos y firmaba una velocidad máxima de 311 km/h.
Tanto el chasis como la carrocería concentraban soluciones de competición. Solo se produjeron 600 unidades.
Porsche 911 993 GT2
Este deportivo se fabricó con el fin de obtener la homologación para el campeonato GT2. Como curiosidad, el alerón trasero disponía de tomas de aire en los laterales, para refrigerar mejor el compartimento del motor.
Bajo el capó, contaba con un propulsor de 3,6 litros y 430 CV, que desarrollaba 450 CV. Solo se construyeron 57 ejemplares en los años 90. En la actualidad, tienen un precio superior al millón de euros.