Si te pido que me nombres tres SUV premium de tamaño medio, apuesto a que me dirás con toda probabilidad el Audi Q5, el BMW X3 y el Mercedes-Benz GLC. La respuesta posiblemente cambie un poco en función de si tienes hijos o necesidades tan familiares como la comodidad o el espacio interior. En ese caso, posiblemente, el Volvo XC60 de esta prueba en vídeo esté entre tus candidatos.
Y es que el modelo sueco es un perfecto coche familiar, de los que te subes al interior y percibes que está pensado para satisfacer a los pasajeros desde el punto de vista de la comodidad, el espacio y la practicidad.
Además, esta variante híbrida enchufable o PHEV, denominada T6 Recharge, ofrece un funcionamiento notable y un completo equipamiento. Además, con la actualización que recibió el Volvo XC60 en 2021, se ha mejorado la autonomía eléctrica, reduciendo los consumos y aumentando la potencia.
El Volvo XC60 T6 Recharge, en cinco puntos clave:
Galería: Volvo XC60
Diseño
A pesar de los años, con muy poquitos retoques estéticos, el Volvo XC60 sigue siendo un modelo muy atractivo con unos rasgos perfectamente reconocibles, que comparte con su hermano mayor, el XC90.
Mide 4,68 m de largo, 1,90 m de ancho y 1,65 m de alto. La unidad que estamos probando está pintada en el atractivo color Fusión Red, que cuesta 1.029 euros y equipa unas elegantes llantas de aleación de 20 pulgadas.

En la parte exterior podemos elegir entre dos acabados sin sobrecoste: cromado denominado Bright y negro conocido como Dark. Esto afecta a la estética de la parrilla, rebordes de los paragolpes, marcos de las ventanillas o las barras del techo. En función del acabado elegido irán en cromado (más clásico y lujoso) o negro brillo (más moderno y deportivo).
Interior
Por dentro se respira una atmósfera minimalista, en parte, por el color blanco que encontramos tanto en los paneles de las puertas, como el salpicadero o los asientos, que van tapizados en un cuero Nappa de excelente calidad y con una extraordinaria suavidad al tacto. Todos los mandos se encuentran a mano y, a pesar de ofrecer pocos botones físicos, son sencillos de utilizar.
La instrumentación corre a cargo de una pantalla que ofrece buena resolución. Eso sí, la información la podría presentar de una manera más legible. En ella se puede proyectar el mapa del sistema de navegación y, con este acabado, también incorpora un Head-up Display.

En cuanto a la pantalla del sistema multimedia de 9 pulgadas, va ubicada en posición vertical y su funcionamiento es bueno, aunque se echa en falta unos menús más intuitivos y fáciles de entender. En la última actualización se introdujo el sistema operativo desarrollado por Google que ofrece servicios integrados como por ejemplo Google Maps.

En las plazas traseras, encontramos unas buenas cotas tanto de anchura, como de altura y espacio para las piernas. Los asientos son cómodos, con unas formas que recogen bien el cuerpo, con unos apoyacabezas que como sucede en los delanteros, son fijos y no se pueden regular en altura, quedando perfectamente a la medida de cualquier tipo de persona. Opcionalmente, en las plazas de los extremos, se puede incorporar unos alzadores para niños sin sobrecoste.
Y hablando de los asientos, los delanteros llevan función masaje que es un extra que cuesta 2.759 euros, además de la regulación eléctrica, la refrigeración y la calefacción de los mismos.

¿Y qué tal el tamaño del maletero? Pues en la media del segmento: ofrece 468 litros, presenta formas muy regulares y su acceso es bueno gracias al tamaño del portón, que se abre de manera eléctrica. Debajo del suelo ofrece un pequeño hueco para, por ejemplo, guardar los triángulos o los cables de carga.

Mecánica
Dentro de la gama XC60, encontramos motores gasolina y diésel (todos ellos microhíbridos con etiqueta Eco), pudiendo ser tracción delantera o total, además de versiones híbridas enchufables (con distintivo 0).
Las variantes híbridas enchufables se pueden elegir con 350 o 455 CV. El más potente va asociado al acabado más deportivo Polestar Engineered. En el caso de nuestra unidad de pruebas, se trata de la versión con 350 CV y el acabado más completo denominado Ultimate.
Este equipa un motor 2.0 gasolina de cuatro cilindros con turbo y compresor que desarrolla 253 CV, lo que unido a uno eléctrico de 145 CV ubicado en el eje trasero (por lo que tiene tracción total) desarrollan en conjunto esos 350 CV.

La batería ofrece una capacidad de 18,8 kWh consiguiendo una autonomía, en modo 100% eléctrico, de hasta 79 kilómetros. En condiciones reales de uso, es sencillo alcanzar los 60 kilómetros y durante nuestras pruebas hemos llegado a alcanzar los 75 kilómetros en varias ocasiones sin mucho esfuerzo. Para recargarla en un enchufe convencional necesitaremos unas siete horas y media. Si utilizamos un Wallbox, el XC60 es capaz de cargar su batería es unas cinco horas aproximadamente.

El consumo de combustible se ha visto reducido considerablemente respecto a los modelos previos al restyling. En viajes, y una vez la batería se descarga, el consumo medio se sitúa en unos 8,7 litros cada 100 kilómetros.
Una cifra razonable, teniendo en cuenta la potencia y el peso del coche, que alcanza los 2.161 kilos. Si en esas mismas circunstancias hacemos una conducción tranquila, el gasto puede bajar hasta los 7,4 litros cada 100 kilómetros, llegando a los 9,7 litros de media si realizamos una conducción más deportiva.
En marcha
Si por algo destaca el Volvo XC60 T6 Recharge es por su comodidad. Da igual como de roto esté el asfalto, ya que en todo momento se percibe una calidad de rodadura sobresaliente, destacando, en este aspecto, sobre sus rivales directos.

Nuestra unidad de pruebas llevaba dos elementos opcionales que ayudan a que esa calidad de rodadura sea todavía más destacable. Uno de ellos son los cristales laminados en las cuatro ventanillas (998 euros), que reducen el ruido que llega del exterior, mantienen mucho mejor la temperatura y aportan más seguridad en caso de robo, ya que son más resistentes.
Otro de los elementos importantes a la hora de ofrecer comodidad en marcha, corre a cargo de la suspensión neumática activa (2.450 euros), que es capaz de variar la altura del coche en función del modo de conducción seleccionado entre los cinco disponibles. La pega la encontramos en un comportamiento dinámico que, sin ser malo ni mucho menos, no resulta destacable si lo comparamos por ejemplo con un BMW X3.
Si no elegimos la suspensión neumática activa, el XC60 lleva cuatro amortiguadores con muelles helicoidales en el eje delantero y ballesta en el trasero. Esta va colocada de manera transversal, está fabricada en fibra de vidrio y reduce el peso respecto a los muelles convencionales. El comportamiento en marcha no difiere en absoluto por equipar este sistema, ya el esquema de suspensión es multibrazo como en el resto de sus rivales.
En cuanto al funcionamiento del sistema híbrido enchufable, debemos decir que es bueno. Cuando entra en funcionamiento, el motor térmico apenas se nota y la respuesta al acelerador es progresiva. La caja de cambios mediante convertidor de par de ocho velocidades resulta suave y transmite la potencia sin que los pasajeros noten cuándo hay alguna variación de revoluciones entre un cambio y otro.
Equipamiento y precio
El precio base de la variante T6 Recharge es de 67.010 euros para el acabado de acceso, denominado Core, al que habría que sumar 3.388 euros si elegimos el acabado Plus o 8.894 euros si queremos el más completo denominado Ultimate, como el que lleva el protagonista de nuestra prueba.

Una cantidad que puede resultar elevada, pero que se compensa con el completo equipamiento que ofrece. Eso sí, la factura final de la unidad que hemos probado con todos los extras que equipa asciende hasta los 87.096 euros.
Volvo XC60 T6 Recharge Ultimate