El segmento de los SUV sigue ganando adeptos, así que no hay ni una sola marca que no quiera estar presente y hacerse con una porción, sea del tamaño que sea, del jugoso pastel.
Volkswagen y su gama continúan creciendo. A los Touareg, Tiguan, Tiguan Allspace y T-Roc se une, ahora, el nuevo SUV, de corte urbano, conocido como T-Cross, un modelo resultón que cuenta con numerosas cualidades para convertirse en un auténtico superventas. Pero la vida ahí afuera no resulta fácil, así que vamos a analizar cuáles son sus puntos fuertes.
Galería: Primera prueba Volkswagen T-Cross 2019
Tierra patria
El nuevo Volkswagen T-Cross se fabrica en la planta que la firma alemana tiene en Landaben, Navarra. Por allí, han pasado modelos míticos de la marca Authi, SEAT, Lancia y, por supuesto, Volkswagen. De hecho, desde 1984, la factoría ha estado montando el Volkswagen Polo y todas sus variantes.
El número de unidades que se ensamblan al día es de unos 1.408 vehículos, en dos líneas de montaje. Una de ellas, solo está destinada al Polo, mientras que la otra ofrece la posibilidad de adaptarse a la demanda del Polo o el nuevo T-Cross. En definitiva, nos confirman que, entre las dos, son capaces de terminar unos 770 T-Cross y unos 638 Polo al día… que se trasladan, diariamente, a bordo de entre 80 y 100 camiones y de 3 o 4 trenes.
Como datos curiosos que nos aportan los responsables de Landaben, la fabricación de un Polo o T-Cross necesita de unas 18-20 horas; un trabajador monta, de media, unos 67 coches al año, y un T-Cross está compuesto por unas 6.300 piezas. En 2016, el centro de Landaben celebró su 50 aniversario.

Manos a la obra
El nuevo Volskwagen T-Cross ha llegado a nuestro mercado con tres motorizaciones turboalimentadas: dos de gasolina TSI y una de ciclo diésel TDI. Las dos primeras se basan en el motor tricilíndrico de 1,0 litros, que ofrece 95 o 115 CV, y pueden asociarse a un cambio manual de cinco velocidades, en el caso del propulsor menos potente, o a una caja manual de seis relaciones o una transmisión DSG de siete, el más capaz. La de gasoil, con cuatro cilindros y 1,6 litros, rinde 95 CV y solo puede adquirirse con cambio manual de cinco marchas.
Más adelante, como a finales de año, llegará otra mecánica gasolina TSI, también turbo, con 1,5 litros y cuatro cilindros, que desarrollará 150 CV.
¿Cuáles son las opciones?
Hay tres acabados para elegir, Edition, Advance y Sport, más dos paquetes estéticos que se puede añadir a la terminación más deportiva, conocidos como R-Line y de Diseño. El primero aporta una imagen deportiva diferenciadora, tanto a nivel del habitáculo como del exterior del coche. El segundo incluye elementos y molduras del mismo color de la carrocería en el salpicadero, consola central y asientos. También existe la posibilidad de escoger un paquete que aglutina distintos elementos de confort y tecnología, por un precio asequible, independiente al acabado que más nos guste.


Una de las características más destacables del nuevo Volkswagen T-Cross es que, desde la terminación que da acceso a la gama, el equipamiento de serie es de lo más completo que se puede encontrar en el mercado.
Entre las muchas ayudas electrónicas a la conducción, cabe destacar los asistentes de frenada de emergencia en ciudad City Emergency Brake con detección de peatones o el de arranque en pendientes Hill Start Assist y los sistemas de cambio involuntario de carril Lane Assist, control de ángulo muerto Blind Sport Sensor y el de alerta de tráfico trasero al salir marcha atrás del lugar donde estás estacionado.

Tecnología y acabado
El nuevo T-Cross ofrece la posibilidad de conectar el teléfono inteligente, mediante la aplicación Volkswagen Connect, para que el conductor tenga información del estado del vehículo, un historial de rutas realizadas con datos de consumo y tiempo empleado, llamada de ayuda con conexión a los servicios de asistencia en carretera 24 horas y el de Volkswagen en caso de avería o accidente y la localización del lugar donde hemos estacionado el vehículo, entre otros.
En el habitáculo, se aprecian materiales plásticos de tacto duro, pero la calidad de realización y ensamblaje queda fuera de toda duda. Entre los elementos a destacar en el habitáculo, incluidos en la línea de equipamiento Sport, sobresalen el cuadro de instrumentación totalmente digital Volkswagen Digital Cockpit, el control dinámico de la conducción, la cámara trasera de asistencia al aparcamiento y los asientos deportivos.
El puesto de conducción deja todo cerca de la mano del conductor y ofrece numerosas posibilidades de configuración. La columna de dirección es regulable en altura y profundidad, así que resulta fácil encontrar una buena postura. La altura libre para la cabeza y el espacio para las piernas en las plazas traseras son excelentes. Además, los asientos de esta fila pueden desplazarse longitudinalmente, con lo que el maletero cuenta con una capacidad que oscila entre los 385 y los 455 litros.

¿Qué me compro?
En nuestra prueba por carreteras navarras, tenemos la oportunidad de conducir los dos motores de gasolina 1.0 TSI, con 95 y 115 CV. Nada más ponernos al volante en la variante menos potente, nos llama la atención el brío y agilidad que muestra la pequeña mecánica tricilíndrica. Acelera con contundencia y responde con rapidez a la más mínima insinuación que hacemos sobre el pedal del acelerador.
En tramos revirados de carretera, el tren delantero es preciso y obedece las órdenes del conductor sin rechistar. La zaga, por su parte, sigue la línea que marca el eje anterior y no se descompone ni siquiera cuando el firme es irregular. Bajo nuestro punto de vista, es la variante que debe elegir todo el que practique una conducción mayoritariamente urbana, quiera obtener unos consumos de combustible bajos y no pretenda hacer viajes demasiado largos.

La otra motorización 1.0 TSI de 115 CV que conducimos, en esta ocasión, está asociada a la transmisión automática de doble embrague DSG de siete relaciones y al acabado Sport y el paquete R-Line. Es aún más rápida y contundente que la anterior y gracias al cambio DSG permite una conducción más confortable. Corre y no gasta demasiado… salvo que nos volvamos locos con el acelerador y disparemos los consumos. En ciudad, es brioso y temperamental. Sin embargo, cuando hay que realizar adelantamientos en carretera, le falta algo de pegada y hay que buscar un tramo amplio para no verse comprometido. Sin embargo, creemos que es la opción más interesante si viajas acompañado y con algo más de equipaje, puesto que ofrece 20 CV más que su hermano pequeño.
Dinámicamente, nos sorprende la estabilidad y el grado de confianza que ofrece al conductor. Gira con precisión y es capaz de enlazar curvas a ritmos elevados, cuando circulamos en carretera bien asfaltada.

¿Cuánto tengo que desembolsar?
Los precios del nuevo Volkswagen T-Cross arrancan en los 18.990 euros, para la versión 1.0 TSI Edition, y llegan hasta los 24.440 euros de la variante 1.0 TSI Sport, con cambio automático DSG de siete velocidades.
Nosotros estamos seguros de que el nuevo T-Cross se convertirá en uno de los modelos más vendidos del segmento, pero si nuestra opinión no te convence, te diremos que en un mes ya se han realizado más de 1.600 pedidos en firme… así que no te hagas de rogar y pasa por el concesionario a echarle un vistazo.
Volkswagen T-Cross Sport 1.0 TSI 115 CV DSG