Desde luego, si extrapoláramos el Porsche Cayenne Turbo 2019 y el BMW X5 M 2018 al mundo del boxeo, serían dos de los pesos pesados más famosos del mundo. Un combate que se asemejaría al mítico de Mike Tyson contra Evander Holyfield, aunque sin oreja arrancada de por medio...
En esta prueba, veremos si uno de los contendientes acaba noqueado o si, por el contrario, solo hay un ganador a los puntos.
Eso sí, antes de empezar, debo hacer una aclaración. A la espera de la llegada de una variante M de la actual generación del X5, hemos recurrido a una unidad del modelo que se ha dejado de vender recientemente. Pero que este detalle no te haga darle por perdedor de primeras; el todocamino bávaro todavía tiene mucho que decir...
Ambos púgiles tienen una pegada descomunal, fruto de sendos motores V8 con tecnología biturbo. El del Cayenne, cubica 4,0 litros y entrega 550 CV entre 5.750 y 6.000 rpm, con un par máximo de 770 Nm entre 1.960 y 4.500 vueltas. Por su parte, el del X5 llega a los 4,4 litros de cilindrada y desarrolla 575 CV entre 6.000 y 6.500 rpm, con un par de 750 Nm entre 2.200 y 5.000 vueltas.
En ambos casos, la transmisión asociada es una automática con convertidor de par, con ocho velocidades y levas tras el volante: Tiptronic S, la del Cayenne, y M Steptronic, la del X5.
En materia de prestaciones puras, el Cayenne Turbo alcanza los 286 km/h y firma una aceleración de 0 a 100 en 4,1 segundos. Por su parte, su contrincante tarda una décima de segundo más y tiene la velocidad máxima autolimitada a 250 km/h. Desde luego, puedes jugarte muchos puntos del carné en cualquier pisotón al acelerador...
Locura de peso... y de prestaciones
Dentro de las cifras técnicas más importantes, tan solo nos queda informar de que el Cayenne Turbo es 100 kilos más ligero que el X5 M, si bien ambos superan con holgura las 2,1 toneladas de peso. Aquí, los datos del consumo medio homologado son más bien anecdóticos, pero los enunciamos: 11,7 litros cada 100 kilómetros para el modelo de Stuttgart y 11,1 para el de Múnich.
Ambos coches surgen fruto de la locura comercial existente por los SUV desde hace varios años, un deseo que alcanza a los multimillonarios; auténticos amantes de los vehículos de este tipo. Los dos pueden considerarse contradictorios, por aunar un elevado peso y prestaciones elevadas, pero, no nos engañemos, gustan a mucha gente.
¡Al Jarama!
Más allá de ser coches amplios, perfectamente útiles para la familia, destacan por su brutal capacidad de aceleración. Para ver de lo que son capaces, hemos renunciado a probarlos a fondo en carreteras abiertas, ya que los límites de velocidad no nos permiten sacar muchas conclusiones, y nos hemos ido al madrileño circuito del Jarama.
Allí, con toda la pista para nosotros, hemos abierto la caja de los truenos, hasta el punto de poder decir que hemos acabado con el cuerpo fatigado, después de unas cuantas vueltas, dando lo mejor de nosotros e intentando 'sacar las cosquillas' a los vehículos.
Pegados a los asientos
Déjame adelantarte que, a pesar de su potencia, su chasis y su vestimenta, estos todocaminos no pueden compararse a un buen turismo de altas prestaciones, ni siquiera a berlinas de gran tamaño. Eso sí, también es justo admitir que parece increíble que dos moles de este tipo consigan superar curvas al ritmo que lo hacen.
Por supuesto, en línea recta, el límite de velocidad lo pone la llegada de la curva, porque ambos propulsores son inagotables y muestran una fuerza descomunal desde prácticamente el ralentí, que obliga a sujetar con fuerza el volante. De hecho, podemos comprobar cómo se elevan los morros si pisamos el acelerador sin piedad. Por cierto, el sonido mecánico emociona a cualquiera...
Para correr, también es necesario frenar
La capacidad de frenada, el punto más crítico en este tipo de automóviles, es realmente sorprendente. Tanto el Porsche como el BMW no se desbocan al actuar con contundencia sobre el pedal, aunque con el paso de las vueltas, sí se nota menos mordiente, algo que jamás sucederá en carreteras abiertas al tráfico. Las pinzas delanteras del Cayenne tienen diez pistones, mientras que el X5 M debe conformarse con unas de seis.
Como curiosidad, debemos indicar que el Porsche incluye de serie el equipo Porsche Surface Coated Brake (PSCB), con discos de hierro recubiertos de carburo de tungsteno, que se puede sustituir en opción por los conocidos Porsche Carbon Ceramic Brakes (PCCB), de tipo carbocerámico.
Por cierto, en este punto también hay que citar el alerón trasero activo del Cayenne, que cuenta con varias posiciones. Según la fijada, puede mejorar la aerodinámica o, al revés, incrementar las fuerzas descendentes e, incluso, ejercer de aerofreno, en las frenadas a fondo a más de 170 km/h. ¡Una virguería!
El Cayenne Turbo 2019 se beneficia de una suspensión neumática en ambos ejes, mientras que el BMW X5 M 2018 emplea muelles helicoidales en el tren delantero. Por supuesto, ambos disfrutan de sendos controles dinámicos de la conducción, que varían la puesta a punto de la propia suspensión, la dirección y la respuesta del acelerador.
Victoria a los puntos para...
El tacto es bastante parecido, si bien el sistema de dirección a las cuatro ruedas del Cayenne le da un plus a la hora de superar las curvas más lentas. En cuanto a motricidad, los diferenciales traseros deportivos de ambos rivales ayudan a que los coches mantengan la trayectoria correcta en todo momento.
Después de unas cuantas vueltas, he tenido la sensación de que es algo más fácil ir al límite con el Porsche. Quizá sea porque el Cayenne Turbo 2019 es casi un recién estrenado, mientras que el X5 M 2018 es todo un clásico, a la espera de ser relevado por la nueva generación.
20.000 euros de diferencia
No obstante, no puedo dar un claro vencedor en esta comparativa, porque ambos púgiles han sido capaces de llegar al último asalto en forma y con ganas de vencer a su rival. ¡Menudo espectáculo!
Antes de finalizar, toca analizar el precio de estos dos todocaminos 'purasangre': 160.613 euros para el Porsche Cayenne Turbo 2019 y 140.500, en el caso del BMW X5 M 2018, hasta que dejó de comercializarse. Cuando llegue la nueva entrega del SUV de Múnich, veremos si esas tarifas se acercan y cuánto da de sí una nueva comparativa. ¡Me pido repetir!