En gran medida, los coches de Fórmula 1 representan la cúspide de la velocidad y la precisión sobre cuatro ruedas, superando todos los límites de la ingeniería y la tecnología.

Estas extraordinarias máquinas, nacidas y criadas para los circuitos, son la antítesis del vehículo de carretera medio con el que nos encontramos a diario. Sin embargo, existe una raza de supercoches homologados para la carretera que se acercan a las impresionantes prestaciones de un F1.

Ejemplos claros encontramos en marcas como Bugatti y Porsche, que fabrican algunos de estos superdeportivos extraordinariamente rápidos. Pero, ¿pueden competir con un F1 en una carrera de aceleración?

Un F1 ganador, frente a dos supercoches

En un nuevo vídeo de Carwow, tiene lugar una batalla épica entre un Porsche 918 Spyder, un Bugatti Veyron y un Red Bull F1. Empecemos por el supercoche alemán, que no se queda atrás en lo que a potencia se refiere: bajo el capó, encontrarás un motor V8 atmosférico de 4,6 litros combinado con dos motores eléctricos.

Galería: Porsche 918 Spyder

¿El resultado? Unos asombrosos 887 CV y un colosal par motor de 1.280 Nm. Con la potencia distribuida a las cuatro ruedas a través de una caja de cambios automática de siete velocidades, el 918 Spyder es una maravilla tecnológica. No es precisamente un peso pluma, ya que pesa 1.674 kg, pero con su relación peso-potencia es algo muy a tener en cuenta.

Luego está el famoso Bugatti Veyron, una eminencia en su género. Esta bestia está propulsada por un impresionante motor W16 de 8,0 litros, capaz de desarrollar 1.001 CV y 1.250 Nm de par. La potencia se transmite a las cuatro ruedas a través de una caja de cambios de doble embrague y siete velocidades que garantiza cambios ultrarrápidos.

Aunque el Veyron es el menos ligero de los tres, con un peso de 1.888 kg, su potencia y destreza técnica son más que suficientes para compensarlo. Sin embargo, le cuesta arrancar, pero puedes descubrir más en el vídeo.

El F1 de Red Bull, ¿favorito indiscutible?

Y por último, pero no por ello menos importante, el Red Bull Racing de F1. En concreto, los Porsche y Bugatti tendrán que vérselas con el RB8, el campeón del mundo de 2012 en manos de un tal Sebastian Vettel (tetracampeón del mundo, por cierto).

A pesar de ser un monoplaza veterano y previo a la era híbrida de la F1, el Red Bull cuenta con un motor V8 de 2,4 litros y obviamente atmosférico, que desarrolla 800 CV.

Además, su gran ventaja reside en su peso, de tan sólo 700 kg. Esta excepcional relación peso-potencia y la configuración de tracción trasera sitúan al RB8 en una categoría aparte. Pero, ¿será suficiente para ganar?

Sebastian Vettel, Red Bull F1

Vettel ganó su tercer título mundial al volante de este Red Bull RB8, imponiéndose al Ferrari de Fernando Alonso.