A pesar de que existe ya hace años una nueva generación del Land Rover Defender, el modelo previo, cuya producción concluyó en 2016, se resiste a desaparecer, como demuestra el último lanzamiento de la marca británica.
El modelo es obra de la división Land Rover Classic y se trata de una nueva edición Works V8 Islay Edition que rinde homenaje al Serie IIa de 1965 que perteneció a Spencer Wilks, uno de los fundadores de Land Rover y director gerente de la Rover Car Company, y toma inspiración también de la isla de Islay, en Escocia.
Land Rover Classic Defender Works V8 Islay Edition
Disponible en carrocerías 90 y 110 (esta última de siete plazas), esta edición especial está basada en el Classic Defender Works V8, y cada uno de los 30 ejemplares está basado en coches restaurados y convenientemente puestos al día que datan de entre los años 2012 y 2016.
En todo caso, los Defender están equipados con suspensión y frenos modernos, faros LED y lucen un color de carrocería 'Heritage Grey' como guiño al vehículo de Wilks, acabado en gris 'Mid Grey', con techo y llantas de acero en contraste, en tono 'Limestone'.



Tampoco faltan distintivos clásicos, una parrilla 'vintage' o la inscripción 'GXC 639C' en el lateral, que hace alusión a la matrícula del modelo original que ha servido de inspiración para la edición.
Por dentro encontramos tapicería de cuero Windsor Ebony con detalles en lana escocesa de la isla de Islay, molduras de madera de roble, una placa conmemorativa de la edición o detalles relacionados con la producción de whisky escocés.
El Classic Defender Works V8 Islay Edition esconde un poderoso motor 5,0 litros V8 de 405 CV de potencia y 515 Nm de par motor máximo, asociado a una caja de cambios automática ZF de ocho velocidades, con convertidor de par.



Por supuesto, este Defender Works V8 es un modelo con tracción a las cuatro ruedas y apto para conducción todoterreno de lo más exigente, que sobre el papel acelera de 0 a 100 km/h en menos de 6,0 segundos y puede alcanzar una velocidad máxima de 171 km/h.
Según la marca, se fabricarán 17 ejemplares con la carrocería 90 de batalla corta y otras 13 de la versión 110 de siete plazas, alcanzando las 30 unidades citadas. Ahora bien, prepara la cartera, porque la marca pide 230.000 libras por el primero y 245.000 por el segundo, es decir, 262.000 y 279.000 euros al cambio, respectivamente.
Fuente: Land Rover