En 1990, Marcus Walz fundó WalzWerk Motorcycles en Schwetzingen (Alemania). El taller de personalización se especializó originalmente en Harley-Davidson y tuvo un gran éxito con la moda de las chopper personalizadas de los años 80.
Sin embargo, puestos a evolucionar, en 2012, Walz centró su atención en la incipiente moda de las cafe racer y más en concreto en BMW, su marca de origen, con su proyecto Schizzo.
Desde entonces, WalzWerk se ha convertido en sinónimo de diseños nostálgicos y minimalistas. Con más de 30 años a sus espaldas, el taller ha llevado a cabo recientemente su proyecto número 1.000 referido a motocicletas. Al más puro estilo WalzWerk, el equipo otorgó su estilo característico a una BMW R100RS de 1990.
Galería: WalzWerk Motorcycles: 1990 BMW R100RS
Para dar a esta BMW homenaje el tratamiento merecido, el taller de personalización primero desmontó la vieja 'sport tourer'. Los mecánicos eliminaron las pestañas innecesarias del bastidor, limpiaron la estructura con chorro de arena y volvieron a soldar todas las juntas críticas.
Walz mantuvo la cilindrada de 1.000 cm3 del modelo original, pero actualizó el cigüeñal, las culatas, los puertos y las válvulas del bloque bóxer. Un árbol de levas orientado a la competición, encendido electrónico y carburadores Dell'Orto empujan ahora el motor hasta los 85 CV de potencia.
WalzWerk puso el mismo énfasis en el exterior del motor, chorreando y barnizando la unidad para conseguir un acabado inmaculado. Las tapas de válvulas en negro contrastado añaden un toque extra de clase, mientras que un sistema de escape personalizado de acero inoxidable, con diseño dos en uno, estiliza la silueta de la moto. Nuevos muelles progresivos refuerzan ahora el tren delantero, pero en cambio un kit 'YSS Suspension Sidewinder' gobierna el trasero.
"Conseguí hacer el primer kit para esta moto tan especial", dijo Walz a BikeExif. "Actualmente, sigue siendo la primera y única moto en todo el mundo con este kit instalado".

En la parte superior, un depósito de combustible procedente de una Honda CB modificado de los años 70, se suma a un carenado de Harley-Davidson y el característico asiento GT de WalzWerk elevan el proyecto.

Ese sillín está montado sobre el subchasis patentado por el preparador, al igual que otros elementos como un juego de llantas de 18 pulgadas, los discos y las pinzas de freno también proceden del catálogo de WalzWerk.

Los toques finales incluyen tijas mecanizadas por CNC, puños Daytona, manetas KustomTech y pulsadores integrados junto con un velocímetro Motogadget.
Después de más de 30 años y 1.000 modelos fabricados, parece que WalzWerk Motorcycles ha llegado para quedarse. Lo que no ha sido comunicado por parte del preparador es el coste de la transformación, aunque suponemos que habrá costado varios miles de euros.
Fuente: Bike Exif, WalzWerk Motorcycles