A medida que los automóviles van sumando años, cada vez es más costoso y complicado mantenerlos en perfecto estado de revista, y ya sabemos que hay algunas compañías enfocadas en sustituir las mecánicas de modelos clásicos por sistemas de propulsión eléctricos bastante más sencillos.
Este es el caso de la firma británica Lunaz, especializada en convertir modelos con motor de combustión en vehículos 100% eléctricos, y su último proyecto tiene como protagonistas dos todoterrenos clásicos ingleses, en concreto dos Range Rover de primera generación, uno descapotable y otro de batalla larga.
Range Rover clásicos y eléctricos de Lunaz
Según la compañía, el Range Rover descapotable toma inspiración del coche que aparece en la película Octopussy de 1983, la decimotercera entrega de la famosa saga James Bond.
El sistema de propulsión entrega alrededor de 365 CV de potencia y un par motor máximo de 612 Nm, por lo que debería ser mucho más rápido que el original. Además, también recibe refuerzos en el chasis o un equipo de frenos mejorado, con pinzas de seis y cuatro pistones, y función regenerativa para recargar la batería.
Entre otras mejoras destacan una renovación completa de la suspensión, con nuevos casquillos o amortiguadores ajustables de tipo coilover, con mayor recorrido. Como ves, la carrocería luce un color Maya Blue.
En el habitáculo, Lunaz instala un suelo de madera de nogal Mocca para las plazas traseras, donde hay espacio para seis personas, ya que cuenta con bancos corridos en los laterales, en lugar de asientos convencionales. Entre el equipamiento del modelo destacan una nevera o un puerto de carga USB en la consola central.
Por su parte, el Range Rover de batalla larga recibe el mismo proceso de restauración y también idéntico sistema de propulsión totalmente eléctrico, así como un sistema multimedia con pantalla de 6,0 pulgadas, compatible con Apple CarPlay, o un equipo de audio con un amplificador de 1.300 W.
El cliente que encargó este coche quiso que el interior contara con diferentes tipos de maderas y que equipara portabebidas calefactados y refrigerados en la consola central, asientos eléctricos con función masaje y también ventilados y calefactados, una plataforma de carga inalámbrica para teléfonos móviles o una pequeña nevera.
En este caso, el todoterreno británico luce un color coral para la carrocería y un techo en contraste, pintado de color negro. Según Lunaz, un trabajo así lleva unas 30.000 horas de mano de obra, aunque en este caso podrían hacer falta hasta 50.000.
Como es lógico, semejante cantidad de horas de trabajo para su creación tiene un precio, concretamente 245.000 euros de tarifa base para cualquier retrofit del Range Rover, aunque es posible que todas las opciones adicionales de estas dos unidades hayan supuesto un importante sobrecoste. Las entregas de nuevos pedidos, por cierto, tendrán lugar en verano de 2023.
Fuente: Lunaz