Hace unos días, el llamado Felicity Ace, un barco carguero o 'car carrier' dedicado al transporte de automóviles por vía marítima, sufrió un incendio cerca de las islas Azores, que como ya te contamos, afectó a unos 4.000 coches del Grupo Volkswagen.

Aunque todavía no se conoce el número de vehículos destruidos por el fuego, sabemos que entre los coches presentes en la bodega del barco había modelos de diversas marcas del grupo alemán, como Porsche, Bentley, Lamborghini, Volkswagen y Audi.

En cualquier caso, este accidente supondrá cientos de millones de euros en daños para el Grupo Volkswagen, y muchos de estos modelos perdidos tendrán que volver a fabricarse, ya que los clientes siguen esperando sus vehículos. 

Galería: Lamborghini Aventador LP 780-4 Ultimae

El Lamborghini Aventador es uno de los modelos que viajaba a bordo del Felicity Ace, y aunque no sabemos cuántos ejemplares transportaba el barco, retomar la producción de estos coches podría ser un problema para la marca italiana.

El director general de Lamborghini América, Andrea Baldi, ha explicado la situación a Autonews, asegurando que el Aventador se ha agotado en los últimos meses y la compañía había programado el final de su producción para dar paso a un modelo completamente nuevo, que llegará al mercado en un futuro próximo.

"De momento no tenemos ninguna noticia definitiva. Espero que los pocos Aventador que había en el barco no hayan sufrido daños, pero en cualquier caso, ya hemos informado a nuestros distribuidores, que se han puesto en contacto con sus clientes. Independientemente del resultado, esperamos retrasos en las entregas", ha comentado Baldi.

Porsche 911 GT2 RS 2018
El Porsche 911 GT2 RS sufrió un percance parecido en 2019

Si finalmente los "pocos" Lamborghini Aventador que viajaban en el Felicity Ace hubieran sido totalmente destruidos, la marca debería reactivar las líneas de producción del modelo en Sant'Agata Bolognese, pero el problema es la crisis de suministro de chips y la necesidad de reactivar el contacto con los proveedores para obtener de nuevo los componentes que falten. Así pues, existe el riesgo de que la espera sea demasiado larga y algún cliente decida cancelar su pedido.

La situación es similar a la que vivió Porsche hace unos años, en 2019 concretamente, cuando cuatro ejemplares de su 911 GT2 RS, de producción limitada, fueron destruidos también en un buque carguero, por lo que Porsche tuvo que volver a fabricar los coches, aunque en aquella ocasión no hubo mayor problema en lo que a componentes se refiere.