La historia de Ferrari está llena de gloriosos vehículos pintados del legendario 'Rosso Corsa', auténticas piedras angulares para entender el automovilismo. Decir cuál de ellos es el más importante o el más famoso es una tarea casi imposible de resolver, pero lo que es seguro es que, al menos, el Ferrari 250 Testarossa merece una mención de honor.

Este modelo nació en 1957 y solo se produjeron 33 ejemplares hasta 1961. También ostenta el respeto de ser la única 'macchina Rossa' capaz de vencer en cuatro ocasiones las 24 Horas de Le Mans, la prueba de resistencia más dura del mundo del motor.

Galería: Ferrari 250 Testarossa J

Encontrar uno es similar a hallar el Santo Grial, y es que su precio se sitúa en unos 24 millones de euros, justo lo que se pagó hace unos años en una subasta. Por lo tanto, si el original es algo casi inalcanzable por esa cantidad, una réplica a escala del mismo modelo, por 93.000 euros, parece casi un regalo.

Así es el Ferrari 250 Testarossa J, nacido de la colaboración entre la firma de Maranello y The Little Car Company, reconocida empresa por sus creaciones a escala. El coche en cuestión está creado a un 75% del tamaño real del deportivo italiano, creado por las manos de Scaglietti.

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Al verlo, puede estar catalogado como un modelo simple, pero nada más lejos de la realidad. Con una carrocería de aluminio hecha a mano, una pintura idéntica a la del modelo de 1957 (derivado del tono de las tapas para las válvulas) y unas formas difíciles de distinguir de las originales, es posible apreciar el minucioso trabajo del departamento de Ferrari Classiche.

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El resultado no es solo un modelo que te hará girar el cuello cuando lo veas por la calle, sino que también se trata del primer eléctrico de la historia de 'Il Cavallino Rampante'. El Ferrari 250 Testarossa J funciona con tres baterías que proporcionan una autonomía de 90 kilómetros.

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La pena es no poder cubrir una distancia mayor, ya que haría que cada viaje se asemejara a aquellas carreras en el trazado de Le Sarthe, allá por la década de los 60. No obstante, no hace falta tener la habilidad del propio Phil Hill (ganador del campeonato del mundo de F1 en 1961 y tres veces ganador de las 24 Horas de Le Mans, todo con Ferrari), pues el único requisito para conducir este vehículo es ser mayor de 14 años.

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Al igual que en los Ferrari modernos, está presente el legendario 'manettino', un sistema diseñado por Frank Stephenson e inspirado en los volantes de los monoplazas, extremadamente útil para cambiar entre los cuatro modos de conducción.

  • Novice Mode: 1 kW de potencia y velocidad máxima de 20 km/h.
  • Comfort: 4 kW de potencia y velocidad máxima de 45 km/h.
  • Sport: velocidad máxima de 60 km/h.
  • Race: velocidad máxima de 60 km/h, con una aceleración mejorada.
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El coche se completa con una barra antivuelco conectada al bastidor, además de unos frenos de disco. También es posible personalizar el Ferrari y ver cómo esos 93.000 euros de precio base se disparan hasta las seis cifras. Sin duda, es una buena manera de conseguir que, con una producción prevista de 299 unidades, no haya ningún ejemplar igual a otro.