Aunque ahora mismo no lo recuerdes, hace más de cuatro años, Rolls-Royce lanzó su primer vehículo eléctrico. Sin embargo, no se trataba de un modelo de pasajeros, sino de un coche infantil único para una noble causa llamado Rolls-Royce SRH.
Construido específicamente para el Hospital St. Richard de Chichester, el SRH ha sido utilizado por los niños allí ingresados, que lo conducían antes de entrar en quirófano para las diferentes cirugías pediátricas. De este modo, el coche era una absoluta distracción y diversión para los más pequeños.
Ahora, tras años de servicio, el SRH ha vuelto a la sede de Rolls-Royce en Goodwood, para someterle a unos pequeños trabajos de mantenimiento rutinarios, después de haber realizado 2.000 viajes, que suman 100 kilómetros.
El SRH necesitó 400 horas de trabajo para ser fabricado, con el objetivo principal de proporcionar un momento de emoción a los jóvenes pacientes que fueran intervenidos. En lugar de ir andando o en silla de ruedas a la unidad quirúrgica, los niños pueden conducir ellos mismos, eliminando la ansiedad y sustituyéndola por una experiencia memorable.

Ese viaje se realiza con todo el estilo posible, como no podía ser menos, ya que el SRH porta una insignia de Rolls-Royce grabada con láser y su propio 'Espíritu del Éxtasis'. De esa forma, se ha dado la paradoja de que un hijo ha podido presumir de conducir un Rolls-Royce, mientras que su padre tendrá que seguir soñando con ver alguno circular por la calle.

Sin embargo, esta tarea no estuvo exenta de peligros. El SRH sufrió algunos daños en su pintura y carrocería, lo que llevó al fabricante de automóviles a realizar una llamada a revisión para devolverlo a su diseño y estado originales.

"Construir el Rolls-Royce SRH para el Hospital St. Richard's fue tremendamente satisfactorio para todos los implicados. El hecho de que se haya utilizado tanto y de que haya contribuido de forma tan positiva a las experiencias de tantos niños, hace que sea aún más gratificante. Fue maravilloso verlo de vuelta en la Casa de Rolls-Royce y tener la oportunidad de devolverlo a su magnífico estado original", dijo Andrew Ball, jefe de Relaciones Corporativas de Rolls-Royce Motor Cars.
Ahora, de nuevo en su estado original, el Rolls-Royce SRH ha vuelto a entrar en servicio para continuar su viaje como portador de alegría para los niños del Hospital St. Richard. Sin duda, una de las mejores iniciativas, por parte de un fabricante de automóviles, que hemos conocido en los últimos años.