Lo normal es que una marca de máximo lujo como Rolls-Royce presente periódicamente ejemplares únicos u 'one-off', pero en este caso el último de la casa fue el Sweptail, allá por 2017, que costó casi 10 millones de euros a su megamillonario dueño.
Hoy, la marca británica vuelve a ser protagonista por un vehículo realmente especial, denominado Boat Tail. Con él, ha regresado al trabajo el Departamento de Fabricación de Carrocerías de la compañía inglesa.
Galería: Rolls-Royce Boat Tail
Encargado por un cliente excepcionalmente rico, el Rolls-Royce Boat Tail, como su nombre indica (Cola de Barco), se inspira en el mar. Es esencialmente un yate sobre ruedas, que se extiende hasta los 5,79 metros de longitud.
Entre los toques náuticos, destacan el parabrisas envolvente y el exterior bicolor, con dos tipos de azul. La pintura más oscura se aplicó a mano por el capó y parte del frontal. También sobresalen el portón trasero de madera, que puede plegarse en dos mitades, y las llantas de aleación de diseño específico.


Curiosamente, la capota de tela no se pliega automáticamente, sino a mano. El volante y los asientos están revestidos de cuero azul en dos tonos, a juego con el exterior, y el salpicadero está chapado en madera lacada, imitando la cubierta trasera.
La instrumentación luce una textura trenzada única conocida como Guilloche, que es común en el mundo de la joyería y los relojes de lujo, y un acabado azul brillante se entrelaza con los adornos de fibra técnica del salpicadero.

El habitáculo también está repleto de accesorios. Bajo la cubierta trasera se esconde una nevera doble para el champán. La cubertería de plata con emblemas Boat Tail grabados se encuentra en el lado opuesto, junto con platos de porcelana a juego con bordes de platino.
Para divertirse aún más bajo el sol, una sombrilla y dos taburetes de tela salen de la cubierta trasera, al igual que dos mesas de cóctel a cada lado.

Rolls-Royce no ha dado detalles sobre el motor del Boat Tail, pero es de suponer que bajo el capó se encuentra el famoso bloque V12 biturbo de 6,7 litros. Este propulsor produce 571 CV en el Cullinan y el Phantom y hasta 608 CV en los modelos especiales Black Badge.
En total, el proyecto ha tardado cuatro años en desarrollarse, lo que significa que la compañía comenzó a construir el descapotable poco después de mostrar el Sweptail en 2017.
"En su notable realización, el Rolls-Royce Boat Tail forja un momento crucial en la historia de nuestra marca y en el panorama del lujo contemporáneo", ha asegurado Torsten Muller-Otvos, CEO de Rolls-Royce. Solo queda que el dueño lo disfrute al máximo...