Sin lugar a dudas, la gran estrella del Concurso de Elegancia de Villa d'Este ha sido el Rolls-Royce Sweptail, un cupé de superlujo que toma la base del Rolls-Royce Phantom, pero que incorpora tantas novedades que puede considerarse un automóvil nuevo... y tremendamente caro.
De hecho, de acuerdo con el director de la compañía, Torsten Müller Otvos, "probablemente se trate del coche más caro de toda la historia". Y aunque no existe una cifra oficial acerca del precio del Rolls-Royce Sweptail, circulan rumores que sitúan su tarifa en 13 millones de dólares (más de 11,5 millones de euros).
En cualquier caso, cabe destacar que este Rolls-Royce es un automóvil construido a petición de un cliente y eso, imaginamos, no ha sido barato. Sobre todo, teniendo en cuenta que la firma británica ha necesitado, ni más ni menos, que cuatro años para desarrollarlo.

Rolls-Royce Sweptail: cómo es su diseño
A nivel estético, las diferencias con el Rolls-Royce Phantom son notables. Para empezar, el Sweptail cuenta con un paragolpes y unos grupos ópticos de nueva factura. Además, visto de perfil, la generosa caída del techo, le convierte en un shooting brake.
Precisamente, el techo, fabricado en cristal y de forma triangular, desemboca en una trasera que resulta completamente nueva y que, según la propia marca, está inspirada en los automóviles de los años 20 y en los yates de lujo. En ella, llaman la atención los dos pilotos verticales unidos por una moldura que recorre, de lado a lado, la zaga.
Y si las plazas traseras de todo Rolls-Royce son uno de los mejores lugares del mundo para viajar, en el interior del Swepail se han eliminado. Aun así, como en todos sus hermanos, permanecen el cuidado por el detalle y el empleo de materiales de calidad sublime.
¿El principio de una nueva era?
Es más que probable que el Rolls-Royce Sweptail suponga el inicio de una nueva era dentro de la marca, en la que los proyectos únicos, concebidos en colaboración con los clientes, tengan una mayor importancia.
De hecho, el que la futura plataforma de la compañía británica, que debutará en el Phantom VII, esté pensada para desarrollar versiones especiales sin demasiados problemas, apunta en esa dirección. Y ya sabemos que, en Rolls-Royce, no existe otro límite que no sea tu presupuesto.