Hace algo más de un año, Porsche presentó todo un homenaje moderno al mítico 935 'Moby Dick' de competición, que tomó como base el brutal 911 GT2 RS de 700 CV. Pero en esta ocasión no vamos a hablar de una reinterpretación, sino de un 935 auténtico, aunque convertido en una máquina totalmente eléctrica y homologada, además, para su uso en carretera abierta.
Se trata de un 935 de competición, con carrocería Kremer Racing K3 de finales de los años 70, como el que ganó las 24 Horas de Le Mans de 1979, aunque el especialista Bisimoto ha conseguido darle una nueva vida al modelo. Y os adelantamos que es muy probable que los más puristas pongan el grito en el cielo al ver esta creación.
El poderoso motor bóxer turbo de seis cilindros del coche original deja paso aquí a un sistema de propulsión eléctrico, basado en un motor de 475 kW o 646 CV, y en un conjunto de baterías de LG Chem. A pesar del sacrilegio que pueda parecer, desde Bisimoto aseguran que este coche en concreto tenía un futuro poco prometedor, ya que probablemente no iba a volver a usarse nunca, ni en circuito ni, por supuesto, en la calle.
A nivel estético, la firma ha pintado la parte superior del modelo de un llamativo color rosa y ha instalado llantas forjadas Brixton en diseño de turbina, a juego con los tonos de la carrocería. Curiosamente, la toma de recarga para las baterías se encuentra en el capó delantero, bajo una tapa metálica, al estilo de un tapón clásico para el depósito de gasolina.
Por su parte, el habitáculo mantiene su aspecto de carreras, con jaula antivuelco integrada y mandos de lo más sencillos, pero encontramos un cuadro de instrumentos digital firmado por AEM, volante Momo, asientos de tipo baquet con arneses y una palanca de cambios que sirve para alternar entre la directa (D) y la marcha atrás (R).
De momento no sabemos si el modelo ha sido o no un encargo para un cliente, ni tampoco cuánto ha costado la modificación, pero seguro que habrá más de un interesado en tener semejante joya en el garaje.