Los 'kei cars' japoneses se han convertido prácticamente en un icono del país, coches del segmento A que las marcas asiáticas son capaces de desarrollar en forma de turismo, todoterreno, monovolumen o cualquier cosa que se les ocurra.

Entre las particularidades de estos vehículos, una de las más interesantes es que fue una categoría creada por el gobierno local en 1949, que permite homologar como tal a automóviles con motores no superiores a 660 cm3, lo que permite a los propietarios beneficiarse de ciertos beneficios fiscales.

Esta, seguramente, sea una de las razones por la que representan un tercio de las ventas del país. De hecho, cuatro 'kei cars' fueron los coches más vendidos de Japón en 2018; concretamente, el Honda N-Box, el Suzuki Spacia, el Nissan Dayz y el Daihatsu Tanto. Efectivamente, ninguno de ellos era de Mitsubishi, algo que el fabricante nipón quiere que cambie lo antes posible.

Durante el salón de Tokio 2019, la marca está exhibiendo el prototipo Mitsubishi Super Height K-Wagon, muy cercano al modelo que se producirá en serie y que se venderá en Japón en un futuro cercano.

Este monovolumen de tamaño 'mini', dispone de un diseño adaptado al código de estilo Dynamic Shield, con un perfil tradicional que mantiene las líneas de los populares 'kei cars' y una puertas traseras deslizantes.

La mecánica, que no se ha confirmado, deberá ser de pequeña cilindrada, tal y como explicábamos antes, aunque se ha anunciado que ofrecerá un rendimiento suficiente para moverse a velocidades de crucero en carretera.

Entre las tecnologías que incorpora, se habla de ayudas electrónicas a la conducción, como los sistemas de alerta de colisión y el de frenada automática de emergencia.