"Los coches nuevos costarán entre 5.000 y 7.000 euros más". Estas palabras han sido pronunciadas por Jean-Philippe Imparato, director general de Peugeot, con motivo de la presentación del nuevo 208.

De hecho, el directivo lo dijo alto y claro. Y ahora, nosotros nos hacemos la pregunta clave de todo el asunto: ¿realmente acabarán siendo tan caros los modelos nuevos?

La postura de la firma francesa no es ningún misterio. Carlos Tavares, CEO del Grupo PSA, ya ha sido explícito en el pasado. "Tengo 16.000 ingenieros en la empresa y para mí es mejor ponerlos a trabajar en soluciones para reducir las emisiones que afectan a los ciudadanos que en lo que nos imponen los gobiernos".

En esas declaraciones, se hacía referencia a las normas impuestas por la Unión Europea (95 g/km de CO2 en 2021, con una reducción del 15% para 2025 y del 37,5% para 2030) y cómo estas normativas pueden afectar a la accesibilidad de la movilidad en el futuro.

Emisiones que son tóxicas para los precios

¿Por qué están subiendo los precios?

La factura a pagar está fijada por las emisiones contaminantes y que afectan al cambio climático, como el mencionado dióxido de carbono, el CO2, el NOx y las partículas e hidrocarburos no quemados. Una política que ya pesa, acorde a las normas WLTP y RDE, especialmente en las marcas Premium, pero también hay fabricantes generalistas, de gran volumen, que corren el riesgo de pagar multas cuantiosas.

¿Cuál podría ser una solución para los fabricantes?

Entre ajustes, multas ya pagadas y provisiones para sanciones futuras, la solución más fácil (y casi obligatoria) es la electrificación, ya sea parcial o total. Este es un importante coste adicional, especialmente para las baterías, que crecen en tamaño y precio, cuando se habla de modelos 100% eléctricos.

Basta con echar un vistazo a la lista de precios para ver cómo la tarifa del coche urbano más barato, de tipo eléctrico, es superior al de un compacto cómodo, razonablemente motorizado y bien equipado; incluso, al de un SUV del segmento C.

El precio de la seguridad

La seguridad aumentará, pero ¿a qué precio?

La seguridad es otro coste que pesa. Siempre según Imparato, conseguir las cinco estrellas de EuroNCAP pronto costará unos 5.000 euros por coche. Algo que se entiende con las normas que entrarán en vigor en 2022 y que harán obligatorio el sistema de frenada de emergencia automática y el de alerta por distracciones y cansancio del conductor.

Todo, sin olvidarnos del control de crucero adaptativo, la cámara de asistencia al aparcamiento y los sensores traseros, el mantenimiento activo del carril, los cinturones de seguridad de nueva generación y la caja negra para registrar los accidentes.

Obviamente, estos dispositivos ya están disponibles en el mercado, pero hacerlos obligatorios pesará sobre la lista de precios de los coches más pequeños y sobre la de muchos otros modelos que los ofrecen como opción.

Las 5 estrellas serán cada vez más difíciles de obtener también porque EuroNCAP hace que sus normas sean cada vez más complejas y severas.

Peugeot e208 2019

Al final del día

¿Qué cambiará para el usuario medio?

El medio ambiente y la seguridad son sin duda los activos supremos que buscan salvaguardar las instituciones y gobiernos.

Sin embargo, queda por ver cuáles son los efectos económicos, laborales y sociales de las nuevas normas y si sus tiempos de aplicación no tienen repercusiones excesivas en el sutil equilibrio que existe entre las personas que producen los coches y las que los compran (que a veces, incluso, son las mismas). Es decir, entre los salarios de los trabajadores y el dinero que deben (o pueden) gastar para moverse.

Fuente: Motor1.com Italia