Hace algo más de dos años, Peugeot revolucionaba el mundo del automóvil, en el marco del salón de París 2018. Allí, mostraba el e-LEGEND, un nuevo prototipo de coche eléctrico, dotado de la última tecnología de conducción autónoma, pero con un claro diseño vintage. 

De hecho, fueron muchos los que, instantáneamente, se acordaron de un clásico como el Peugeot 504 Coupé, un atractivo modelo, obra del estudio Pininfarina, que vio la luz en el año 1969.

La reacción del público ante la novedad no se hizo esperar y, rápidamente, empezaron a surgir voces pidiendo la producción en serie del e-LEGEND. Incluso, se puso en marcha una recogida de firmas en Change.org, que actualmente sigue en marcha y que cuenta con más de 60.000 apoyos. Pero, por desgracia, fabricarlo nunca entró en los planes de la marca...

El jarro de agua fría llegó en febrero de 2019, cuando Jean-Philippe Imparato, CEO de la firma francesa, afirmó en una entrevista que su producción no estaba prevista, bajo ningún concepto. 

Según declaraciones del directivo, construir este atractivo modelo costaría 250 millones de euros, que no es poco. Y por si había alguna duda, remató: "No podemos destinar 250 millones de euros a ese segmento ahora mismo".

¿Cuál es el problema? Que previamente, el propio Imparato llegó a afirmar que le encantaría que el coche llegara a la linea de producción, a través de sus redes sociales. 

La última vez que supimos de él, fue en mayo de este 2019, durante el Concurso de Elegancia de Villa d'Este, donde incluso, algún que otro afortunado tuvo la oportunidad de conducirlo.

Básicamente, el concept seguía luciendo las mismas características del modelo que se presentó en París, entre las que destacaba el sistema de propulsión eléctrico, que anunciaba 456 CV de potencia, apoyados en una batería de 100 kWh de capacidad y un sistema de tracción total.

Todo, para ofrecer una autonomía máxima de unos 600 kilómetros y un sistema de recarga por inducción, así como una función rápida de reabastecimiento, que permitía sumar unos 500 kilómetros, en apenas 25 minutos. 

¿Y las prestaciones? Pues no estaban mal, acorde a su naturaleza eléctrica, ya que homologaba una velocidad máxima de 220 km/h y una aceleración de 0 a 100 en menos de 4,0 segundos.

Sobre su paradero actual, imaginamos que estará descansando en el Musée de l'Aventure Peugeot, en Sochaux (Francia), aunque su actividad cuando vuelvan los eventos y exposiciones será, sin lugar a dudas, frenética.