Cuando creemos que hemos visto todo en el mundo de las preparaciones, surgen vehículos imposibles de creer, como un Mini Cooper clásico con un descomunal propulsor V8, de origen General Motors.

En el vídeo y las fotos, puedes observar cómo la mecánica sobresale casi por completo del pequeño vano motor. Da igual, el coche aguanta increíblemente los más de 600 CV que desarrolla este bloque sobrealimentado mediante un compresor volumétrico. 

Eso sí, este 'pequeñín' se transforma en un auténtico 'burnout machine', o lo que es lo mismo, es una máquina de quemar ruedas. Lo increíble es que el modelo británico no despegue, literalmente, en una fuerte aceleración, pero parece mínimamente controlable. 

Más allá de que sea inseguro, este Mini no ofrece una buena visibilidad delantera, ya que el motor tapa casi por completo la visión, por lo que solo se emplea en exhibiciones. De todas formas, no parece la mejor idea atreverse a hacer kilómetros en carreteras públicas... pues en España te detendrían al instante por ser un vehículo completamente ilegal.  

Si echamos un vistazo al habitáculo del coche, está completamente desmontado. Al fin y al cabo, para hacer muchos 'donuts', no hace falta tener un interior de calidad, ¿no crees? 

Desde aquí, queremos felicitar al preparador del Mini. El vehículo es pura diversión y, por lo que se puede ver en la grabación, da mucho espectáculo allá por donde va. Cabe recordar que este motor lo emplean modelos como el Corvette o como el gigantesco pick-up Chevrolet Silverado.

Dale al play y alucina con la forma en la que se desintegran los neumáticos cuando empieza a dar vueltas. Verdaderamente, da mucho miedo...