La fecha ya está marcada en el calendario: 2040. Será entonces cuando se firme el acta de defunción de los coches con motor de combustión en España. O, al menos, ese es el objetivo del actual ejecutivo.
La herramienta para que salga adelante esta política de movilidad es la futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que todavía debe someterse a debate. Eso sí, la idea de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, es que el Consejo de Ministros apruebe el proyecto de ley lo antes posible, para poder remitirlo al Congreso antes de que finalice este mismo año.
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Adios a los motores de combustión
Según el documento previo, en el que se va a comenzar a trabajar, de cara a 2040, se anuncia la prohibición de cualquier turismo o vehículo comercial que emita dióxido de carbono (CO2). Por tanto, esta afirmación afecta a los modelos de gasolina, ciclo diésel, híbridos, híbridos enchufables y de gas (tanto GLP como GNC).
De este modo, solo se podrán poner en circulación coches eléctricos, con pila de combustible de hidrógeno o de tecnologías totalmente limpias que estén por llegar.
El objetivo es que, de cara al año 2050, no circule ningún coche de combustión por nuestras carreteras, en virtud del Acuerdo de París.

¿Qué es el acuerdo de París?
Básicamente, podríamos decir que es la herramienta con la que el mundo (o una parte) busca luchar contra el cambio climático; al menos, sobre el papel. Creado dentro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, establece las medidas para frenar y reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
Ratificado por la Unión Europa, en el año 2016, marca el camino y los objetivos de los países miembros, como España. No es el caso de Estados Unidos, que salió del pacto el año pasado, con la llegada al poder de Donald Trump.