El Clase G de Mercedes-Benz es un vehículo con una larga historia a sus espaldas. En cualquier caso, si pensabas que las versiones especiales, obra de AMG, han sido las más interesantes en al historia del todoterreno alemán, espera a ver lo siguiente.

Se trata de uno de los inquilinos del Museo Porsche, ubicado en Stuttgart, Alemania. Sí, has leído bien, el museo de su gran rival. La razón se debe a que el todoterreno de la marca de la estrella estaba equipado una mecánica Porsche, concretamente, con el bloque V8 de 5,0 litros de cilindrada del 928 S4

Mercedes-Benz G 280 1985 con motor V8 Porsche

Fabricado en 1985, este inusual Clase G, desarrollaba una potencia de 320 CV, lo que permitía al mítico todoterreno germano alcanzar una velocidad máxima de 180 km/h. Los ingenieros del departamento de competición de Porsche se encargaron de transplantar el motor. El elegido fue el Mercedes-Benz Clase G, que estaba destinado a ser un vehículo de servicio durante el Rally de los Faraones, celebrado en Egipto, ese mismo año.

Mercedes-Benz G 280 1985 con motor V8 Porsche

Mercedes-Benz G 280, segundo en el rally de los Faraones

La idea inicial de los responsables del proyecto era disponer de un todoterreno lo suficientemente rápido como para dar asistencia técnica, en todo momento, al vehículo oficial de la marca, el Porsche 959. Tan bien cumplió con su misión, que logró cruzar la línea de meta en segundo lugar, justo por detrás del ganador, que no fue otro que su jefe de filas, el 959.

Mercedes-Benz G 280 1985 con motor V8 Porsche

En cualquier caso, siempre es interesante comprobar cómo un fabricante de automóviles decide poner uno de sus motores en un coche de otra compañía, como sucede en este caso entre Porsche y Mercedes-Benz. Los aficionados al mundo del automóvil recordarán que Porsche, a comienzos de la década de 1990, ayudó en la construcción del Mercedes-Benz 500 E (W124), que equipaba el motor V8, con 5,0 litros de cilindrada y 326 CV de potencia máxima. 

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