Haz memoria. Seguro que, en alguna ocasión has visto viajar a alguien con los pies en el salpicadero. Y, en la mayoría de las ocasiones, lo hacen porque aseguran que se trata de una postura cómoda para afrontar largos viajes. Sin embargo, el accidente que sufrió el coche en el que viajaba Audra Tatum, en agosto de 2015, demuestra que es mucho más recomendable viajar con los pies en el suelo.
Durante un trayecto corto, el coche que precedía al de Tatum y su marido freno bruscamente, provocando una pequeña colisión. Sin embargo, el golpe fue lo suficientemente fuerte como para que el airbag se desplegara a casi 300 km/h... Eso provocó que la pierna de Tatum se desplazara bruscamente, propiciándola un fuerte golpe en la cara que le rompió la nariz. Además, también sufrió fracturas en un tobillo, el fémur y un brazo.
La propia conductora confesó que su marido le advirtió del peligro que suponía viajar con los pies en el salpicadero en caso de accidente, pero ella no encontró preocupante. Y su recuperación requirió de múltiples operaciones de cirugía, así como una rehabilitación de más de un mes, antes de volver a caminar.
Dos años después, Tatum todavía sufre las secuelas del accidente. Por ejemplo, ha tenido que abandonar su trabajo en el servicio médico de urgencias, porque no puede levantar pacientes ni permanecer en pie más de cuatro horas, para evitar dolores agudos.
Los airbags se despliegan a una velocidad que oscila entre los 160 y los 350 km/h y lo hacen con la suficiente fuerza como para amortiguar el cuerpo de un ser humano. Y, por supuesto, son capaces de convertir tus piernas en peligrosos proyectiles en caso de accidente.
Fuente: Motor1