A la sombra de su exitosa escudería de F1, y de eventos de fama mundial como el Red Bull X-Fighters o el Red Bull Rampage, la firma de bebidas energéticas sigue manteniendo su apoyo a una de sus carreras más divertidas del mundo.
Estamos hablando de la Red Bull Soapbox Race, una divertida competición en cuesta, que se disputa con los coches sin motor que los propios participantes fabrican.
Eso sí, la prueba de Alexandra Place, en Londres, ha tenido un invitado muy especial. Estamos hablando del equipo 'oficial' Aston Martin, que ha puesto sobre el asfalto el AMR-SB, cariñosamente conocido como 24 Seconds of Le Ally Pally, una réplica del Aston Martin GTE ganador de las 24 Horas de Le Mans, dentro de la categoría LMGTE Pro.

El resultado de un proyecto secreto
Parece ser que, durante meses, el secreto mejor guardado en el cuartel general de Gaydon no ha sido el recientemente presentado Aston Martin Valkyrie. Para nada. Todos los esfuerzos de la marca, en lo que a ingeniería y desarrollo se refiere, se han centrado en este hipercoche de tracción animal. El deportivo más exclusivo de la marca. Un one-off de ensueño. Un monoplaza tan pequeño, que haría parecer a un Cignet todo un Land Rover Defender.
Tanto esfuerzo ha merecido la pena. Así lo demuestra el segundo puesto alcanzado por el piloto Alex Summers, ingeniero de prototipos de la marca, o la locura que provocó entre los más de 20.000 asistentes a la prueba.

Cuidada puesta a punto
Dicho esto, puedes ver gran parte del recorrido en vídeo, donde el Aston Martin demuestra una velocidad endiablada. Tanto, que a pesar de obtener solo 28 puntos de 40 posibles en el apartado de creatividad, obtiene todos los puntos en el apartado de prestaciones, al alcanzar una velocidad máxima superior a los 45 km/h.
Todo, fruto de una compleja etapa de desarrollo que, según palabras de la propia marca, ha contado con "un intensivo programa de test, de unos 10 minutos de duración".
En marcha, desde la cámara de a bordo, puede percibirse que no es el modelo más cómodo que haya fabricado la marca; en parte, debido a la suspensión rígida. Tampoco se muestra demasiado robusto, ya que a las primeras de cambio pierde el alerón trasero. Eso sí, el vehículo soporta, estoicamente, cada uno de los aterrizajes tras los cuatro saltos que lleva a cabo.
Otro momento estelar, sin duda, fue la perfecta parada en boxes, en la que tuvieron especial protagonismo dos de los pilotos del equipo de Le Mans, Darren Turner y Jonny Adam.
