Cuando todo parece estar descubierto y no queda nada por explorar en la tierra, todavía logramos sorprendernos con gestas como la conseguida por Patrick Bergel y su Hyundai Santa Fe. La aventura pretendía rememorar la hazaña que hace 100 años llevó a cabo su abuelo, el explorador Sir Ernest Shackleton, que logró cruzar la Antártida desde Union Camp hasta McMurdo.
El reto se ha llevado a cabo sobre un recorrido de 5.800 kilómetros, en condiciones climatológicas extremas, con temperaturas de hasta -28 grados centígrados, por un escenario absolutamente congelado. De esta forma, Bergel se ha convertido en la primera persona en atravesar el continente helado a bordo de un vehículo para el transporte de pasajeros.


El Hyundai Santa Fe cruza la Antártida en 30 días
El protagonista de la aventura no es un explorador, sino un empresario tecnológico: "Yo no soy un experto en exploración polar; más bien, un chico de ciudad, por lo que ha sido un gran cambio cultural. El Polo Sur es un lugar muy especial para mi y mi familia".
"Es el lugar al que mi bisabuelo trató de llegar en más de una ocasión y yo he tenido ocasión de poder hacerlo. Lo que hemos conseguido no puede compararse a la aventura que mi bisabuelo consiguió hace 100 años. Sin embargo, nuestro viaje ha sido increíble; un logro asombroso". El vehículo elegido ha sido un Hyundai Santa Fe 2.2 diésel, de 200 CV, especialmente modificado para poder circular por la nieve y el hielo.

El proyecto se inspiró en el viaje transantártico que Shackleton realizó entre 1914 y 1917, tratando de ser el primer hombre en cruzar el continente. Sin embargo, la travesía tuvo problemas y la nave se hundió en el hielo. No obstante, el explorador, junto a cinco de sus hombres, lograron navegar 800 millas en mar abierto hasta Georgia del Sur, donde se pudo organizar el rescate del resto.
La expedición ha completado un recorrido entre Union Glaciar hasta el Polo Sur. Posteriormente, se dirigieron al glaciar Leverett y a las montañas transantárticas, pasando por el volcán Mount Erebus. Desde allí, enfilaron la parte final del trayecto hasta McMurdo.
"Algunos puntos del recorrido han sido increíblemente hermosos. Solo un puñado de privilegiados han podido contemplar las montañas transantárticas. Ese es el punto hasta el que nadie había llegado con un vehículo de cuatro ruedas hasta el momento. Mi bisabuelo fue el primero en subir el Erebus y yo he podido contemplarlo en persona".