Ferrari F40 frente a...
Comenzamos por una rivalidad de dos superdeportivos referencia. El F40 se fabricó por el 40 aniversario de Ferrari y disfrutaba de un motor 2.9 V8, biturbo, con 478 CV y 575 Nm. Gracias a esta impresionante mecánica y a un peso en vacío de apenas 1.100 kilos, el coche declaraba una velocidad máxima de 326 km/h y una aceleración de 0 a 100 en apenas 4,1 segundos.
Porsche 959
Aún más exclusivo que el F40, por el número de unidades fabricadas, el 959 recurría a un motor bóxer, también con dos turbocompresores, de seis cilindros y 2,9 litros, capaz de generar 450 CV. El coche, que disponía del sistema de tracción total PSK (el más avanzado de la época), llegaba a 315 km/h y despachaba el 0 a 100 en 3,7 segundos.
BMW M3 frente a...
Dentro de las berlinas Premium, nos encontramos con otro duelo histórico. En el caso del M3 E30, apostaba por un propulsor atmosférico de gasolina, con 2,3 litros y culata de 16 válvulas, que desarrollaba 195 CV (con catalizador). En materia de prestaciones, firmaba una velocidad punta de 235 km/h y una aceleración de 0 a 100 en 7,4 segundos. El coche experimentó diversas evoluciones, hasta alcanzar 238 CV.
Mercedes-Benz 190E 2.3-16
Más señorial y rutero que el M3, el 190E 2.3-16 también contaba con un bloque de 2,3 litros, de aspiración atmosférica y con 16 válvulas, aunque se quedaba en 185 CV. Las prestaciones también eran muy parecidas a las de su rival de Múnich: 230 km/h de velocidad máxima y aceleración de 0 a 100 en 7,5 segundos.
Ford Sierra RS Cosworth frente a...
Ahora, bajamos otro escalón a modelos algo más asequibles, pero con mucha garra e, incluso, con mejores prestaciones que el M3 y el 190E. Hablamos del Sierra RS Cosworth, que se impulsaba con un motor turboalimentado de gasolina, de 2,0 litros y 204 CV, con los que llegaba a 240 km/h y alcanzaba los 100 km/h desde parado en tan solo 6,8 segundos. El enorme alerón trasero le delataba...
Renault 21 Turbo
Su rival, también con una mecánica de 2,0 litros con turbo, disponía de 175 CV y firmaba 227 km/h de velocidad máxima, así como una aceleración de 0 a 100 en 7,4 segundos. Frente al Sierra, contaba con carrocería de cinco puertas, por lo que se presentaba como un modelo más práctico para el día a día.
Opel Kadett GSi frente a...
Entre los modelos compactos de aquella época, el Kadett GSi resultó un verdadero superventas. Inicialmente, montaba un propulsor atmosférico de gasolina, de 1,8 litros de cilindrada y 115 CV, que luego se sustituyó por un motor de 2,0 litros y 130 CV. La versión 16v podía presumir de una mecánica también de 2,0 litros, pero con 156 CV.
Volkswagen Golf GTI Mk2
La segunda generación del Gran Turismo Injection (el de los faros dobles) disponía de un motor atmosférico, con 1,8 litros y ocho válvulas, que declaraba 112 CV (sin catalizador). El peso del vehículo estaba en el entorno de la tonelada, con lo que anunciaba unas prestaciones destacadas para la época: 191 km/h de velocidad máxima y una aceleración de 0 a 100 en 9,7 segundos. Como en el Kadett, hubo una versión de 16 válvulas, cuya potencia ascendía a 140 CV.
Renault Supercinco GT Turbo frente a...
Acabamos con dos 'pulgas' tremendamente divertidas. El Supercinco GT Turbo debía su fama a un motor con carburador, de 1,4 litros y 115 CV (120 en el Fase 2). La ficha técnica del vehículo anunciaba 204 km/h de velocidad máxima y una aceleración de 0 a 100 en tan solo 7,7 segundos. Todo un 'matagigantes'...
Fiat Uno Turbo
El rival más natural del Supercinco era el Uno Turbo i.e. (inyección electrónica), con un motor de 1,3 litros que declaraba 105 CV en su primera entrega (1.4 y 118 CV en la fase 2). Con el motor más potente, se quedaba muy cerca de su contrincante francés: 200 km/h de velocidad máxima y una aceleración de 0 a 100 en 8,3 segundos. De estos dos contrincantes se dijo que los motores estaban por encima de los chasis, a la hora de asumir toda la fuerza mecánica disponible.