Diseño llamativo
Además de recuperar un nombre mítico, que resulta ser el del modelo más vendido de la historia, el Corolla supone una enorme evolución a nivel estético con respecto al Auris que le precedió en nuestro mercado. Desde luego, es un producto mucho más llamativo y se nota desde el primer momento que lo conduces, ya que atrae muchas miradas allá por donde pasa.
Sus interesantes formas, que resultan incluso complejas tanto en el paragolpes delantero como en el trasero, son atractivas y llaman bastante la atención. Ahora bien, se trata de un modelo que ya está empezando a verse con mucha frecuencia en nuestras carreteras, así que quizá la originalidad de su aspecto tenga los días contados.
Interior sencillo, pero a la altura
El habitáculo del Corolla sigue la línea de los últimos productos de la casa. El salpicadero, tapizado en cuero, está presidido por una pantalla multimedia flotante que, a nuestro parecer, podría estar mejor integrada y gozar de unos gráficos más modernos y atractivos.
En cualquier caso, se agradece que funciones tan básicas como las de la climatización tengan mandos dedicados en exclusiva, de forma que no estemos obligados a recurrir a la pantalla para alterar, por ejemplo, la temperatura del habitáculo.
El cuadro de instrumentos combina un display digital central (para velocímetro y la mayoría de datos de conducción) con dos relojes analógicos a los lados, que corresponden al cuentavueltas (izquierda) y a los indicadores de nivel de combustible y temperatura del líquido refrigerante (derecha). En general, el aspecto del interior es bueno y los materiales agradables, aunque no somos muy aficionados a las molduras decorativas en negro piano que tan de moda han puesto multitud de fabricantes.
El selector del cambio ahora es diferente, con un diseño más convencional, aunque mantiene una posición ‘B’ pensada para que el sistema híbrido retenga; es decir, para hacer uso del freno motor a la hora de afrontar una bajada, por ejemplo, ya que la caja de cambios no nos permite elegir en qué marcha o etapa prefijada circulamos (no hay levas ni modo secuencial en el selector del cambio).
En lo que respecta a las plazas traseras, no son especialmente generosas (y la central es estrecha) aunque estando el asiento del conductor ajustado para una persona de unos 1,80 metros de altura, alguien de la misma talla viaja detrás con espacio suficiente para piernas y cabeza.
Por último, el maletero ofrece una capacidad de 361 litros, así que el espacio de carga es algo inferior a la de muchos de sus competidores. En este caso, además, no hay rueda de repuesto, sino un kit reparapinchazos.
Híbrido... y muy ahorrador
Sin duda uno de los principales motivos de compra de un híbrido es el ahorro de combustible que es capaz de conseguir frente a un modelo convencional (además de las ventajas de la etiqueta ECO) y, en el caso del Corolla, en este apartado cumple con nota.
El sistema híbrido del modelo combina un motor 1,8 litros de gasolina, atmosférico, de cuatro cilindros y de ciclo Atkinson, que desarrolla 98 CV de potencia y 142 Nm de par motor máximo, con un motor eléctrico de 72 CV y 163 Nm, además de con una pequeña batería de iones de litio de 0,745 kWh. La potencia total del conjunto, no obstante, no es la suma de la de ambos motores, sino 122 CV.
Toyota aseguró durante el lanzamiento del modelo que, ahora, su sistema híbrido hace uso del motor eléctrico en más situaciones, y lo cierto es que, efectivamente, da la sensación de que el modelo funciona más tiempo con electricidad, siempre y cuando no abusemos del acelerador. Esto, lógicamente, redunda en un consumo de combustible muy ajustado.
De hecho, a diferencia de otros modelos, en el Corolla 125H es realmente factible acercarse a la cifra homologada de consumo medio, de 3,3 litros, ya que en recorridos urbanos e interurbanos el ordenador ronda con facilidad los 4,0 litros, e incluso se pueden llegar a ver cifras ligeramente inferiores. A la hora de ponerse en carretera, el consumo es también bastante contenido, ya que a velocidades de autovía puede moverse en unos 5,0 litros de media sin demasiado problema.
Ideal para la ciudad
La puesta a punto del Corolla está claramente enfocada a la comodidad, por lo que resulta un modelo ideal para el ámbito urbano. La suspensión es suave y cómoda, así que no tiene problemas a la hora de afrontar badenes o resaltos, y lo mismo ocurre con la dirección, que está muy asistida y resulta bastante blanda, así que callejear y aparcar es tremendamente sencillo.
A nivel de insonorización tampoco está nada mal, aunque en este aspecto quizá Toyota debería haber hecho un poco más de hincapié en 'amortiguar' el sonido del motor de 1,8 litros, que es algo ruidoso, ya que por sonoridad aerodinámica o de rodadura no hay queja.
Un modelo muy 'zen'
La transmisión automática de engranajes planetarios, que funciona de manera similar a un CVT y, como hemos dicho, no nos permite elegir la etapa prefijada (la marcha, vaya) en la que circulamos, sigue sin ser demasiado intuitiva, ya que la velocidad y las revoluciones no suben de manera acompasada, aunque es cierto que en este aspecto sí se nota cierta mejora con respecto a híbridos anteriores de Toyota. En cualquier caso, el coche invita a llevar una conducción tranquila y a tomarse las cosas con calma, aunque a nivel de prestaciones se antoja suficiente, con una aceleración de 0 a 100 km/h en 10,9 segundos.
Si a la suavidad de sus mandos y a su gran calidad de rodadura, sumamos unos asientos que también son muy cómodos, acabaremos conduciendo de forma sosegada y apreciando la tranquilidad que es capaz de ofrecer el Corolla a sus ocupantes. Y así, de paso, podemos buscar unos consumos reducidos que muy pocos otros coches pueden ofrecer en un uso real.