Para Toyota, poseer una dilatada experiencia en vehículos híbridos (concretamente, desde 1997 con el primer Prius) supone una gran ventaja a la hora de desarrollar modelos híbridos enchufables avanzados, como queda patente en el Toyota RAV4 Plug-in Hybrid de esta prueba.
El SUV japonés con etiqueta 0 no sólo es potente y corre mucho, sino que además ofrece una autonomía eléctrica bastante destacada (más aún en un vehículo voluminoso) y encima registra consumos nada disparatados cuando se agota la batería. ¿Qué más se puede pedir? Bueno, sí nos gustaría que la versión tope de gama Style Plus no se fuera hasta los 60.000 euros...
El Toyota RAV4 Plug-in Hybrid, en cinco puntos clave:
Galería: Prueba Toyota RAV4 Plug-in Hybrid Style Plus
Diseño
Aunque se habla de una nueva generación del coche para 2024, lo cierto es que la quinta entrega del RAV4, a la venta desde 2018, sigue manteniendo una estética bastante actual, fruto de una imagen robusta, muy del gusto norteamericano, pero que también caló positivamente en Europa y sigue atrayendo a muchos.
Si recuerdas, la base fue el prototipo FT-AC que se mostró en el Salón de Los Angeles de 2017 y, en ese momento, nos sorprendió por ser una propuesta muy diferente a las anteriores. El RAV4 mide 4,60 metros de largo, por lo que es uno de los SUV de tamaño medio más cortos del mercado, aunque eso no le impide ofrecer una habitabilidad excelente.
El punto de carga de la batería de 18,1 kW se encuentra en el lateral derecho, encima del paso de rueda trasero, y otorga una potencia máxima de 6,6 kW, así que el proceso para tenerla lista al 100% supone más de tres horas, que no es un tiempo destacable entre los PHEV.



Interior
Como es habitual en los coches japoneses, el acabado tope de gama Style Plus concentra de serie todo lo que puede ofrecer Toyota en términos de lujo, confort y conectividad, hasta tal punto que la única opción es la pintura exterior.
Así las cosas, puedes ver en las fotos detalles como levas del cambio automático, climatizador automático bizona, techo panorámico, tapicería de cuero, asientos delanteros y traseros calefactables, pantalla central táctil de 10,5 pulgadas, sistema multimedia con Android Auto y Apple CarPlay inalámbrico, navegador, punto wifi, cámara de visión trasera, Head-up Display de 10,0 pulgadas y un larguísimo etcétera.

Pero además, los materiales, sin ser especialmente lujosos, ofrecen una percepción de buena calidad y el espacio interior es sobresaliente, incluso en las plazas traseras, con lo cual este vehículo ejerce como un perfecto modelo familiar.
Es cierto que, respecto a las versiones híbridas, pierde 60 litros de maletero, 520 frente a 580, si bien tampoco es una reducción muy considerable. Afortunadamente, los cables de conexión pueden guardarse con comodidad debajo del plano de carga y así no restan espacio.


Mecánica
El tren motriz híbrido enchufable del RAV4 Plug-in Hybrid está formado por un motor atmosférico de gasolina, con 2,5 litros y 185 CV, más dos propulsores eléctricos, uno de 182 CV encargado de mover el tren delantero y otro de 54 que impulsa el tren trasero. Por lo tanto, disponemos de tracción 4x4 sin conexión física.
La transmisión automática, clásica de Toyota, emplea engranajes planetarios y simula la acción de una con variador continuo (CVT), con lo que mantiene revolucionado el propulsor térmico en aceleraciones o al afrontar largas cuestas, lo que aumenta el ruido percibido, pero sólo en contadas ocasiones. A cambio, ofrece levas para regular la intensidad de la frenada regenerativa.


En total, son 309 CV combinados que, como supondrás, convierten al SUV asiático en un coche bastante rápido, capaz de alcanzar los 100 km/h desde parado en tan sólo 6,3 segundos. Pero si lo que queremos es no consumir nada de gasolina entre semana, atento, porque el coche homologa 75 km de autonomía eléctrica, que pueden quedarse en el entorno de los 60 o 65 en conducción real.
Además de los modos de conducción híbrido (HV) y eléctrico (EV), el RAV4 PHEV puede mantener o incrementar la carga de la batería en marcha. A todas estas opciones hay que añadir cuatro programas más: Eco, Normal, Sport y Trail, este último para firmes con baja adherencia. Por cierto, el vehículo puede viajar sólo en eléctrico hasta un máximo de 135 km/h.

En marcha
El Toyota RAV4 Plug-in Hybrid toma como base la plataforma TNGA-K, lo que se traduce en un tacto cómodo en vías sencillas y un buen guiado al afrontar tramos técnicos. Está lejos de ser un SUV de tacto deportivo, si bien completa kilómetros de una forma muy agradable y, además, con un silencio de marcha más que aceptable.
Al agotarse la batería para los motores eléctricos, reseteamos el ordenador de a bordo y nos llevamos una grata sorpresa al comprobar que, en modo híbrido, dichos propulsores siguen asistiendo bastante al térmico, con lo que los consumos no se disparan y se mueven sobre los 7,0 litros. Nada mal para un vehículo elevado y con más de 1.800 kilos en vacío.
Asimismo, el depósito de gasolina asciende a 55 litros, un volumen generoso para un PHEV, así que disponemos de una autonomía más que lógica incluso para un coche tradicional de gasolina y no nos tocará parar a repostar más frecuentemente. Y ni que decir tiene que podemos ganar velocidad o completar adelantamientos muy rápidamente y sin tener que sacar todo el potencial del tren motriz.

Equipamiento y precio
A todo lo que hemos indicado del interior del vehículo, podemos añadir en la carrocería los faros Bi-LED, los pilotos también con diodos, la pintura bicolor y las llantas de aleación de 19 pulgadas, que esconden discos ventilados en ambos ejes.
Como decíamos al principio, esta versión tope de gama se va hasta los 60.800 euros, mientras que con el otro acabado disponible, el Advance, la tarifa baja considerablemente hasta los 51.750 euros.
Toyota RAV4 Plug-in Hybrid Style Plus